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Mostrando entradas de mayo, 2020

Un poema antes del partido de fútbol.

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¿Recuerdas los tiempos en que la risa volaba de mesa en mesa en la ciudad? Eran días de triunfos en estadios y aglomeraciones en la televisión. Legendarios gladiadores exhibían el orgullo abigarrado en tatuajes y melenas que se batían entre vítores. Fueron tardes y noches que desafiaron los cronómetros y encrespaban las olas de las barras al son de las cornetas. Después del espectáculo, rodeados de botellas y vasos, brindábamos en honor a los balones vencidos por los palos y mallas.   ¿Lo recuerdas? Reíamos sin sensaciones de amenaza a nuestras vidas mientras la copa rodaba cristalina entre el balbuceo de las bocas. Nada había incitado el miedo a la muerte repentina. La luna brillaba tranquila y silenciosa y ninguno temía que en la risa ajena se agazapara el exterminio del gesto y el tambor. ¿Recuerdas esos pies que encendían aplausos y júbilos? Mirábamos cadáveres en batallas de barras bravas. Pero una camiseta como sudario era normal. Ahora cuando el miedo acorrala y el en

¿Por qué atacan a médicos y enfermeras esta especie de bazofia?

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Para contestar la pregunta tendré que enumerar las características de esta especie que es tan peligrosa como el nefasto virus Covid 19 al cual se enfrentan los discípulos de Hipócrates.   En los corazones mezquinos y en los cerebros huecos no hay sentido de la existencia humana que la dignifique. Pero sólo conocemos estos especímenes en los momentos difíciles que suele la vida presentar para ponerlos al descubierto. Son personas cuya pequeñez espiritual los semeja más a los animales rastreros que a las águilas que orgullosos los pueblos antiguos enseñaban como símbolo de grandeza en sus escudos y banderas. En ellos envidia, avaricia e ingratitud se unen para darles ese semblante de seres oscuros y tenebrosos cuyas acciones a los verdaderos humanos horrorizan. Algunos los confunden con los ignorantes, pero no lo son porque saben las causas de su odio avasallador como fuego de las tinieblas. Son fanáticos de la megalomanía y su infundada superioridad los conduce a la agresivida