Apología del sapo Un poema de Efraín Gutiérrez Zambrano Al sapo mala propaganda le hacen no en la radio ni en la televisión sino en la viperina atmósfera que respira el mundo de la lengua. Identifican su semblante de seriedad atribulada y desafiante con la fealdad heredada o con la secuela de la llamarada. Sin que jamás haya dicho una palabra le endilgan las calumnias e injurias de los que en realidad son batracios y nadan entre las aguas de la hipocresía y toman el sol en las noches. Gente hay que le huye como a la verdad, otra le besa para conseguir alcurnia y con el tiempo el color de la riqueza. No falta aquel que lo mira a los ojos para verse reflejado en su espejo. En fin, este mundo denigra de un inocente animal de la laguna que advierte la presencia de insectos -molestos para el ser humano- que alimentan la humedad de su ser.
