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Mostrando las entradas etiquetadas como Filosofía

Avaros y megalómanos.

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Efraín Gutiérrez Zambrano Aprender a vivir es un arte, pero por fortuna pueden seguir instrucciones que la vida enseña quienes tienen el deseo de vivir felices. Para concitar la atención, sobre esas lecciones, no hay mejor instrumento que la pregunta. En esta hora en que comienza el concierto de voces de la naturaleza me brota del silencio interior esta: ¿Qué impide al ser humano ser feliz? No es la primera vez que la formulo, pero sé que no serán siempre las mismas respuestas. Cada día trae su afán con sorpresas y eventos que lo hacen irrepetible. Una lección que recuerdo de los días pasados es que cuando trato de apresurarme para ganar tiempo he perdido la brújula y sin ella el número de penas han sido mayores que el de las alegrías. Cada día, como la clepsidra, aumenta las gotas de agua que caen sobre el espíritu y sin que los demás lo noten el cuerpo pierde agilidad y los ojos, claridad. A veces, se siente que el alma se hincha y que es tanto el peso que la espalda ...

Comunicación, paz y trabajo.

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Publicado en La Tribuna Julio 2015 Eugenio de D'Ors escribió: "Una síntesis vale por diez análisis". Estas palabras cobran vigencia hoy ante el bombardeo informativo al que es so­metido el hombre del siglo XXI. Y es que si se hace un inventario de todos los instrumentos de la información, a los cuales acude el ser humano en su cotidianidad, se puede afirmar, con cierta admiración: Nunca antes como ahora dispone el hombre de tantos medios de comunicación. Pero en esa enumeración detallada llamarían poderosamente la atención todos los productos de la nanometría. Artefactos cuyos cuerpos ocupan me­nos espacio y en los cuales se alma­cenan más datos que en aquellos que les precedieron. Además, en ellos se aprecia un aumento de la funcionalidad. Un celular, por ejem­plo, sirve para llamar, calcular, jugar, grabar imagen y sonido, navegar por el ciberespacio, etcétera. Sin embargo, la multiplicidad de los artefactos tecnológicos no asegura por sí misma la comunica...

Camino hacia la luz.

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Los seres humanos aspiramos a la felicidad perdurable, pero lamentablemente el camino se halla sembrado de lágrimas, dolores y tragedias que impiden que lleguemos a ella con la prontitud que deseamos y después logremos retenerla por el tiempo que se nos antoje. Pero que esto no sea una excusa para no salir en busca de la felicidad de los demás y por este medio, aunque parezca paradójico y extraño, encontrar la nuestra. Jamás debemos olvidar que nacimos para ser felices y que para llegar a esa meta debemos tomarnos de la mano y no claudicar en el propósito. Mas desde niños dejamos que ideas contrarias a estos saludables fines se apoderen de nuestras mentes y nos impidan ver el horizonte del nuevo amanecer o la estrella que debe guiar nuestros pasos. Fácilmente creemos que la desdicha y la miseria humana son superiores al esfuerzo corporal y a la entereza del espíritu. Para muchos de nosotros resulta más cómodo sentarnos a contemplar el rostro ajado de la desdicha que la sonrisa ple...

En busca de la dignidad perdida.

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1.    En busca de la dignidad perdida.             Cada día que pasa se hace más tenue la frontera entre lo urbano y lo rural. Los adelantos tecnológicos posibilitan no sólo el acercamiento sino que impulsan la uniformidad de la cultura y la apertura de las fronteras nacionales. La política y la administración, ante los hábitos que se arraigan en las sociedades y los problemas que suscita el ciudadano del mundo, se hacen más universales. El comercio realiza sus operaciones en un mercado cosmopolita que unifica los usos de las cosas y entrelaza los anhelos de los consumidores internacionales. Las noticias corren a la velocidad de los satélites y los hechos cotidianos son una avalancha de comentarios que forman la opinión del sentir global. Ya nadie puede esconderse sin que lo detecten los buscadores digitales y el derecho a la intimidad y la sensación de libertad y autonomía reclaman nuevos argumentos para expres...

El ser humano pierde valor.

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3.    El ser humano pierde valor.                 La persona es la raz ó n de ser de la educación y sin ella la reflexión pedagógica carece de sentido. Y como la falta de sentido se ha extendido como una de las mayores plagas que azotan a la sociedad actual poco se repara en ella porque se ha vuelto común que no se reflexione sobre lo que se hace sino que se viva el momento con celeridad. Los tiempos actuales elogian el vértigo, el deporte extremo y las pruebas mortales donde la persona se esfuerza en producir adrenalina, pero no ideas que le den razones para vivir en armonía con la naturaleza, consigo mismo y con los demás. "Vivimos en una é poca de sentimiento donde la falta de sentido se difunde r á pidamente. Y en nuestra é poca, la educaci ó n deber í a ocuparse no solamente de transmitir conocimientos, sino tambi é n de refinar la conciencia para que el hombre sea capaz de escuchar en cada situa...

El sentido de la educación-

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2.     El sentido de la educación- Los conceptos de cultura y educación no comienzan antes del florecimiento del pueblo griego y Grecia constituye la raíz del gran árbol de la civilización occidental. Los helenos son los primeros en hacer de la educación un elemento esencial de participación en la vida diaria de los individuos y un motor definido del crecimiento y desarrollo social y espiritual de la comunidad. Pero ellos descubren y enseñan que no puede existir el progreso sin la consciencia de un conjunto de valores que rigen la vida de los seres humanos y que sin ellos no se origina cultura sino barbarie. Así el fundamento axiológico resulta una condición sin la cual es imposible educar.        La dinámica social es la consecuencia lógica de la acción educativa, pero ésta es imposible sin el aporte generoso y vivencial del conjunto designado con la palabra sociedad. No se puede esperar una comunidad progresista y pacifica sin...

LAS ÁGUILAS

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El hombre —dice Cándido— tiene dos nacimientos. En el primero, los padres hacen posible el milagro de una nueva vida. El ser humano es incapaz de cortar el cordón umbilical y un adulto lo hace por él. Pierde, en­tonces, la seguridad que le brindaba el vientre mater­no, y expectante ante el mundo, agradece todo el amor que le deparen. El hombre, por su condición de ser bio-espiritual, no puede crecer en armonía desprovisto de amor. Es este sentimiento el que le dará la seguridad en todas las etapas de su vida. Fácilmente, el hijo de Adán sobrevive sin agua y sin alimentos si le prodigan el amor suficiente que lo anime en la inanición. El segundo nacimiento suele acontecer a finales de la adolescencia. Ahora son los padres los que muchas veces hacen imposible el descubrimiento de la libertad. El ser humano desea ser independiente para formar su propio mundo, pero los padres, guiados por un amor ego ísta (no siempre, claro está), pretenden que sus hi­jos no tomen los caminos que ...

Las lecciones que el dolor imparte.

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Para el ser humano es difícil aceptar los cambios que la vida le impone. Basta con observar algunas mujeres que se resisten a colocarse los anteojos que le son formulados para leer porque dizque les disminuyen su belleza. Su vanidad no les deja comprender que negarse a su uso habitual aumentará la miopía y con el tiempo podría venir la ceguera. Y ciegas no verían la vanidad ajena ni el color de ojos que las miren.   En algunas ocasiones, cuando nos miramos en el espejo nos damos cuenta que la piel del rostro no tiene la lozanía de los quince años y esa realidad termina por deprimirnos cuando le damos tantas vueltas en la cabeza sin poder comprender lo inexorable del tiempo. Somos seres que crecemos, pero que también el tiempo disminuye con sutil caricia. Resulta más arduo aún reconocer que debemos tomar decisiones que de no hacerlo pueden causarnos la muerte. Al paciente a quien los médicos le recomiendan la amputación de las piernas a cambio de seguir con vida le es sumam...

Somos únicos.

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Cuando decimos que somos únicos admitimos que nacimos para la unidad con nosotros mismos, con los demás, con los seres del universo y con Dios. La unidad es una exigencia si queremos llegar a la perfección y a la felicidad. Aunque la perfección humana nunca será definitiva es una meta inaplazable y la felicidad es una tarea que todos los días realizamos. Si lo comprendemos y trabajamos con ahínco para lograr ese ideal y realizar esa misión hallaremos muchos obstáculos pero también es mucho más fácil y placentero encontrar las soluciones apropiadas para vencerlos. Somos timón y conductores de nuestras vidas. Debemos dirigir no sólo nuestras facultades sino todo nuestro ser hacia la plena realización. La inteligencia coordina y dirige pero la voluntad debe colaborarle con buena disposición. Cuerpo y mente necesitan de estas dos potencialidades como nosotros de nuestras piernas. De ahí la necesidad de ejercitarlas constantemente de manera que sean cada día más ágiles y precisas....

El dolor de la separación

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Hablar de los hijos es un tema tan escabroso como abordar la temática de la composición estructural de las moléculas del alma. Y que no se tome por sorna o imposibilidad gnoseológica tal afirmación. Lo que suele suceder es que el amor filial actúa como velo pétreo para los padres y con el inexorable paso del tiempo en cataratas para los ojos. Recuerden como Jacob aprovecha la ceguera de su padre para solicitar de él la bendición. Pero como los hijos son el corazón rejuvenecido, casi siempre como padres, terminamos justificando las acciones execrables de nuestros hijos. Sin embargo, y a sabiendas del certero obstáculo, me aventuraré a expresar mi pensamiento. El problema comienza cuando las dos gotas de agua que flotan sobre las hojas del bosque se unen y al caer al suelo resuenan con estrépito. El despecho como el desamor suelen causar mucho dolor al ser humano. El amor por lo general trae dicha, pero al lado de ella suele venir agazapada la desdicha. Pero no se tome lo anteri...

Cuidado con el escepticismo o el dogmatismo

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El escepticismo como el dogmatismo no son sólo posiciones irreconciliables sino peligrosas y poco prácticas para caracterizar nuestra visión personal de la vida y relacionarnos con los demás. Cuando nos dejamos llevar del primero no creemos en nada y desconfiamos de todas las personas. Nos volvemos tan cuidadosos y selectivos que terminamos cayendo en el inmenso mundo de la vanidad y la arrogancia. Sólo lo nuestro tiene valor y nadie es digno de estar a nuestro lado. Si tendemos a ser dogm áticos no aceptamos que puedan existir personas que tengan la razón y caemos en el error de afirmar que sólo nuestras ideas se deben enseñar al mundo. Nos alejamos de la reflexión crítica y si tenemos alguna experiencia desagradable, decimos enfáticamente: nunca volveré a pasar por esta situación; nunca beberé de esa agua o jamás volveré a hacer aquello. Si hallamos algo que nos atemoriza o no entendemos simplemente lo evitamos sin someterlo al examen de la razón. Si se trata de personas d...