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Mostrando las entradas etiquetadas como Dios

Dios es de azúcar

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Un día la profesora dijo a los niños: - ¿Quién podría explicarme quién es Dios? Uno de los niños levantó la mano y dijo: "Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo como hijos de Él. La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos: -¿Cómo saben qué Dios existe, si nunca lo han visto? El salón quedó en silencio... Pedro, un niñito muy tímido, levantó sus manos y dijo: - Mi madre dice que, Dios es como el azúcar en hay en la avena que me hace todas las mañanas, y yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche y las hojuelas , pero si no la tuviera no tendría sabor... Luego paso al frente y sin dejar de sonreír prosiguió: - Dios existe, Él está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida quedaría sin sabor. La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo les enseño muchas cosas a ustedes; hoy tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo sabía. Ahora sé que ¡Dios es a...

Pasemos al otro lado

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Mientras vivimos en la algazara que proporciona el mundo con sus espejismos, cuando en nuestro afán de vivir entre placeres y aplausos, Dios es un concepto que molesta y una presencia que no vemos, no sentimos su ternura y mucho menos escuchamos su voz que nos llama con alegría, con alegría inusitada y distinta a la que ofrece el mundo. A veces, ni siquiera nos damos cuenta de que desea embarcarnos y enviarnos en una misión. Desconocemos el camino y las pretensiones de este viaje en el que se empeña Dios que hagamos. Estoy convencido que no entendemos por qué escoge tempestades y naufragios en nuestra existencia para comunicarnos que debemos acatar su voluntad. Si lo analizamos a la luz de la razón humana no hallamos la relación que existe entre esas angustias y la misión que debemos realizar en nuestra vida o en la de otros que esperan su mensaje y a los cuales nos envía. Él nos dice: “Pasemos al otro lado”. (Marcos 4,35) El alm...

¿Qué es la fe?

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Asistimos a una crisis de fe. La gente busca una verdad que trascienda, pero carece de fe. Sin esta virtud no es posible hallar los bienes del cielo y encontrar razones para dialogar con Dios. Pero debemos preguntarnos: ¿Qué es la fe? El apóstol Pablo nos responde: La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11,1) La fe no es una simple creencia o un entendimiento intelectual. La creencia es dar por verdadero un concepto sin argumentarlo. El entendimiento intelectual da valor a un concepto porque la lógica lo aprueba. Pero la fe, como virtud que facilita la relación con Dios, es la disposición a confiar, creer y refugiarse en Él.     La fe trasciende la razón y no puede ser un producto de la ciencia. Para probar que Dios existe el único argumento válido es la aceptación de su existencia en el corazón humano y como amor que todo lo mantiene unido bajo su voluntad. Si se acepta lo anterior, también debemos aceptar que Dios como su...

Uno de los motivos que me impulsan a vivir.

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Efraín Gutiérrez Zambrano     Hay algo que maravilla en la naturaleza y el entorno cultural: la diversidad. Sabores, colores, sonidos, ideas y personas diferentes que enriquecen a quien se acerca a ese conjunto con mente abierta. Vivir esa diversidad es un privilegio de personas que rompen su egoísmo y admiten que el Otro es una oportunidad de crecer como personas con esas visiones e ideas. Ser cosmopolita libera porque saca del encierro a quien acepta el reto de ir a otras geografías, ya sea viajando o leyendo o escuchando música, y como la abeja que vuela de flor en flor, se nutre de variados néctares. Dios, creador del universo, deja estupefacto a quien admira su obra cuya esencia es la diversidad. En ese jardín que brotó de sus manos debemos ser abejas que disfrutan el vuelo para posarse sobre las diferentes formas de las flores. Particularmente, esta manera de pensar me ha permitido alcanzar el gozo inefable al salir hacia otros mundos diferentes al mío. Romper la ...

Buena es la ciencia, pero mejor es la sabiduría.

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Efraín Gutiérrez Zambrano La ciencia es la herramienta que hace del hombre un ser prodigioso. Pero la fe lo identifica con Dios y el prodigio se convierte en milagro que trasciende lo cotidiano e ineluctable. Para explicar lo primero basta con señalar la vertiginosa carrera del progreso alcanzado en los últimos milenios. Desde la aparición de la máquina de vapor hasta los mapas del genoma humano, el hijo de Adán ha ido de salto en salto tras las huellas de una paradoja que interroga su soberbia.   Los descubrimientos en ciencia y tecnología no pueden explicar el más allá como tampoco han podido establecer la posición y la velocidad de una partícula subatómica, lo cual Heisenberg llamó el principio de incertidumbre. Insatisfecho ante los placeres de su imaginación y talento se muestra indeciso frente a los misterios de la vida y sin hallarle sentido a la existencia se lanza a los precipicios de la muerte.      El ser humano necesita de la inteligenc...

La inspiración, un camino insospechado.

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Difícil es para el ser humano aceptar el dolor y más arduo aún permitir que el sufrimiento que causa inspire su vida. El árbol de los sentimientos no puede dar este fruto porque carece del abono y el agua tonificada por la buena actitud. Siempre se asocia el dolor al llanto y las lágrimas empañan la visión sin que se pueda ver el campo florecido y fecundo que podrá disfrutar quien supere la prueba de sentir sus garfios desgarrando el cuerpo y el alma cual león hambriento. Por eso ante su presencia se desea la muerte como el mejor método para evitar que se ensañe en la debilidad humana que proporciona la falta de inspiración para enfrentarlo. Si se consiguiera aprender las lecciones que el dolor entrega a quienes lo desafían con valentía se lograría bendecir la vida, aún en manos del sufrimiento. Cuando el dolor llegue a golpear la aldaba de la puerta de su casa no deje que la angustia se le una para derribarla. Procure inspirarse porque el dolor huye ante quien lo mira a los ojos pa...

Un propósito para este año.

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Comenzar el año llena de esperanza a quienes aún tienen fe y de temores a quienes carecen de ella. Pero los colores de la esperanza escasean y los de los temores lo tiñen todo. Sobre todo en una sociedad que en cada amanecer lanza nubarrones y envuelve en crisis sus instituciones y ciudadanos. Para muchos no cesa “la horrible noche”. Y el año no muestra un cielo despejado que deje ver el horizonte halagador. Es por eso que necesitamos renovar nuestra fe. Pero este concepto no tiene sentido sin un acercamiento a Dios. Recordemos que sin Dios no hay fe y sin fe no se puede ver a Dios. Algunos dirán que eso de la fe y depositar nuestra confianza en Dios es preocupación de los ilusos. Muy pocos reconocen que existe un Dios que bien puede salvar al ser humano de la desesperación y el nihilismo. Y que esto sea claro: No son las religiones las que salvan; es Dios el dueño del poder y sólo Él puede salvar a quien le pide su protección. Un gran gentío se ve ir de templo en templo y pas...

Carta a los que se graduarán.

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Por Efraín Gutiérrez Zambrano Cuando uno tiene 15 años, está terminando su bachillerato y espera tanto de la vida, todo se puede resumir en un caos mental del que uno no sabe cómo salir. Por lo menos eso es lo que recuerdo yo de mi vida personal y después lo pude verificar durante tantos años de profesor con mis estudiantes. Lo peor de todo es que no se ven salidas prometedoras y sólo las incertidumbres cobran cuerpo a la hora de tomar decisiones. Y como en la vida fracasa quien no haya desarrollado la competencia para elegir lo mejor y más conveniente, no sólo  perderá el examen sino el año, como suelen decir los estudiantes. La consecuencia lógica de esa mala elección entre tantas opciones es la infelicidad para toda la vida. Algunos podrían señalar como una ventaja tener abundancia de opciones, pero es un error considerarla así. Federico Nietzsche escribió, aunque no recuerdo ahora en que obra suya, que “las convicciones son enemigas de la verdad porque son más peligr...

Lo imposible y lo posible

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Muchas veces hemos escuchado la expresión “eso es imposible”.  Pero detengámonos para examinar con profundidad tal respuesta. Hay muchos motivos que nos incitan como humanos a sentirnos desvalidos, aniquilados, frustrados y engañados. Cuántas veces la fatiga diaria nos lleva a pensar que todas las puertas se cierran cuando más necesitamos que alguien nos acoja. Muchas veces replicamos a quien dice que no desesperemos, que tengamos fe y que seamos valientes y continuemos esforzándonos. La naturaleza humana y las reflexiones que hacemos sobre las ajenas y nuestras propias experiencias, después de serias y maduras reflexiones, parecen convencernos de que nos hallamos ante el abismo y que sólo existe el paraje donde la desgracia reina. Por eso no podemos creer que exista un camino diferente a la angustia que cercena la razón. Ante tales circunstancias, la muerte aparece como la más atractiva de las esperanzas y en una decisión, más fruto de la desesperación que del buen juic...

Orar es un diálogo

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Tenemos muchos errores acumulados en nuestra memoria. Es como una montaña que nos impide ver los resplandores del sol de la verdad. Y esos errores toman la forma de prejuicios que se pegan a los ojos como escamas. Con esa ceguera inadvertida es imposible que veamos las bondades de las personas, del mundo y de Dios. Hoy quiero detenerme en esa relación que el ser humano establece con su Creador y que definimos como oración. Pero resaltaré todo aquello que no es orar y es causa de muchos procederes equivocados ante la presencia de Dios. Espero no me confundan con un puritano o con un fanático religioso. Siempre procuro que mis reflexiones sean objetivas y apartadas de los credos religiosos particulares que los humanos muchas veces pretenden imponer. En Secretos de los triunfadores , libro de mi autoría, manifesté que muchas son las religiones y sectas que se presentan, pero no existe más que un solo Dios. Es a Él a quien debemos buscar y relacionarnos a través de la oración.  ...

Somos creyentes.

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Estos son tiempos escatológicos: Los recursos renovables están al borde del agotamiento, la maldad se impone en ciudades y campos, los carteles de la droga aterrorizan a los inocentes y envenenan a niños y jóvenes, la riqueza cada día se concentra en menos manos, el trabajo honrado no halla estímulos y el número de los desempleados sigue en aumento, los niños en las escuelas se dedican a las matanzas, las guerras se multiplican en el planeta y las instituciones que en años pasados sirvieron como faros se derrumban ante la corrupción que galopa sin dar tregua a los valores que construyen la sociedad humana.  Sin embargo decimos que somos creyentes y que tenemos a Dios como meta y a su Hijo Jesucristo como el modelo a seguir en el camino tortuoso de nuestras vidas. Pero lejos estamos de seguir sus mandamientos y de continuar su obra redentora acercándonos a los que sufren todos esos flagelos anteriores. Actuando así somos perfectos fariseos que merecemos el repudio general ...

Nunca piense que la lucha es inútil.

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No importa que esté ocurriendo en su interior o en el ambiente exterior. Pero confíe en usted mismo y en que Dios está a su lado cuando lo invoca. No tema sentir la tempestad del mundo en contra suya. Tampoco llore porque la persona que dijo que lo amaría eternamente se haya marchado. Quizás, igual que esa persona, los amigos lo abandonaron. No faltan los días en que usted se da cuenta que la lucha es inútil. Por muchos esfuerzos que haga las cosas no salen como las planea y desea. En esas ocasiones hasta se tiene la pretensión de detener la barca en que se viaja. Es que la magia de la vida se levanta como el rocío ante la presencia del sol. La felicidad se escapa como la mariposa que no se deja atrapar. Sólo la angustia lo abraza y la desesperación se apodera de sus pensamientos.  En el camino no ve más que montículos de espinas y obstáculos insalvables. Cuando llegue a estos recodos del camino no tenga miedo. Ámese a si mismo e invoque la presencia de su Creador. Solamen...

Cuando la muerte nos visita.

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La muerte es una realidad natural, más amiga de la vida que de ella misma. Si no fuera así sería eterno el sufrimiento del enfermo que agoniza. Pero ninguna muerte nos duele tanto como la de aquella persona que anidaba en el corazón. Su presencia nos transforma y como salsa amarga recorre el cuerpo que languidece. Pero razón tenía Miguel de Unamuno al decir: “Una vida sin muerte, sin catabolismo en su incesante anabolismo no sería más que una muerte perpetua, un reposo forzado. La vida real se mantiene mediante la muerte.” Hoy mi voz desea ser bálsamo para mis amigos venezolanos. Pensando en ellos y acompañándolos, recordé la fea cara de Caronte, pero también traje a la memoria la esperanza que Jesucristo nos legó al resucitar. Que Dios abrace al controvertido y amado Comandante de la Revolución Bolivariana. Aquí le dejo, Venezuela hermana, este canto:                       ...