La discreción no es cuento 24 de febrero de 2013 En la infancia se lee, pero no se comprende. Pasados los años, ya en plena madurez, regresar a los cuentos infantiles suele ser muy provechoso. En ellos se halla una sabiduría profunda y de gran beneficio para este aprendizaje continuo que es la vida. Los hermanos Grimm legaron a la humanidad uno de los mejores cuentos sobre la discreción. Tal vez usted lo conozca, pero resumirlo para todos aquellos que no lo hayan leído resultará útil. Una niña, llamada Caperucita, recibe de su madre el encargo de llevar una cesta a su abuela enferma que vive en el bosque. Antes de emprender la travesía le advierte que no hable con desconocidos. Por el camino se encuentra un lobo, que la interpela y al cual la pequeña da los detalles del encargo y de lo que realizará. El lobo saca ventaja de esta información para engañar a Caperucita. Llega antes a casa de la abuela, a quien se come, y luego ocupa su lugar para engañar a la niña y ...