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El vacío del corazón humano.

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Por Efraín Gutiérrez Zambrano Hoy vive la sociedad una sensación de vacío. Algunos dirán que es una alucinación. Pero si se observa con la intención de hallar la verdad de la aseveración inicial se puede ver que mucha gente tiene horror al vacío. Se ve un hormiguero que se prepara para un largo invierno o un viaje sin retorno. Tienen grandes superficies abarrotadas de todo lo que pudieran necesitar ante la catástrofe que tal vez presagian. Y no es para menos. No disponen de tiempo para educar a sus hijos e hijas sino que se ocupan en actividades que produzcan dinero para comprar pedazos de felicidad que contienen las cosas en su interior. Parece que eso cree la gran mayoría adicta a la tecnología. Luego llenan los cuartos de niños y niñas con artefactos que los esclavizan y separan de padres y hermanos. La belleza del amanecer no constituye una noticia. Madrugan a mover sus carros y aviones para alejarse de esa tranquilidad que irradia la noche con sus estrellas. Busc...

Emular, antes que imitar.

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Si bien los seres humanos casi todo lo aprendemos por imitación no resulta fácil imitar sin humillarnos y sentirnos irrespetados. Nos enfadamos cuando alguien no sigue nuestras sugerencias o no se deja imponer nuestras convicciones. Solemos comparar a nuestros seres cercanos y amados con otros, que nos parecen ejemplos a seguir y por eso queremos que ellos los sigan de manera ciega. Hay personas que viven y actúan de manera determinada porque esa es la forma como les corresponde a los de su clase o profesión. A éstas les causa repulsión ver que otra persona actúa como ellos sin ser de ese estrato. Les parece una vergüenza que alguien de otro color viva su vida de manera diferente a como ellos la viven. La clase social, los abolengos, la raza, los títulos académicos desarrollan ciertos grados de rigidez y etiquetas que producen vacío y desasosiego en muchos de nosotros porque creemos, erróneamente, que los demás deben ser como nosotros o nosotros como ellos. Vivimos en continua co...

Relación e integración.

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Cuando experimentamos la comunicación interior de cuerpo, mente y espíritu con el sentido de totalidad o integridad humana surgen como consecuencia natural la paz interior y el gozo de vivir. Esa integración se expresa, además, en las relaciones que establecemos con las cosas, las personas y con Dios. Para comprender mejor el tema de las relaciones conviene aclarar que en el lenguaje diario utilizamos conceptos que solemos emplear como sinónimos sin reflexionar sobre sus diferencias. Con el fin de evitar esa confusión debemos indagar el significado de asociación, relación e integración en el diccionario de la RAE. El primer término se deriva de asociar: “ Unir una persona a otra que colabore en el desempeño de algún cargo, comisión o trabajo. || Juntar una cosa con otra para concurrir a un mismo fin. ” El segundo de relacionar: “Hacer relación de un hecho. || Establecer relación entre personas, cosas, ideas o hechos. || Mantener trato social.” El tercero de integrar:...

Del libro Reflexiones para un Buen día

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Prólogo Nadie puede negar que la memoria de la humanidad es la escritura. Insensato resulta afirmar que un pue­blo sin buenos lectores es un pueblo de progreso. El escritor pierde su tiempo y su vida cuando no halla lec­tores acuciosos y cr íticos que continúen su obra. Es como el bronce que suena en una aldea de sordos, pero más pierden los sordos que quien hace sonar la cam­pana para alertarlos de los gravísimos problemas de la ignorancia. De palabras se forman los libros como de notas se constituyen las partituras. Pero unos y otras requieren del fiel intérprete que les dé nueva vida. Nada gana el pájaro con tener alas si no hace el esfuer­zo de volar. De nada le sirve a una ciudad una bibliote­ca si no hay lectores. Así como la memoria nos impide que repitamos el error, los libros nos advierten que no es posible asegurar un futuro promisorio sin conocer el pasado, porque como bien dijo alguien: "Quien no co­noce su pasado, está condenado a repetirlo." El hom­bre en ...

El placer de vivir.

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El ser humano tiene entre sus pretensiones principales la vida placentera. Siempre aparece como más atractivo el placer que el dolor. Pero cuando el placer se transforma en la única motivación de nuestras vidas caemos en las profundidades del egoísmo. Las fuentes de donde surge el placer son diversas. Pero para no confundirnos las reduciremos a dos: La satisfacción de las necesidades del cuerpo y las sensaciones y percepciones que origina la realización de nuestros proyectos. La  primera no necesita mayor explicación y basta para conseguir la satisfacción darle gusto al cuerpo y dejar que los sentidos nos lo comuniquen. Una buena cena produce un gozo, pero momentáneo. Luego de unas horas volvemos a sentir hambre. En cambio la satisfacción que produce el deber cumplido, donde la voluntad ha tenido que esforzarse y la inteligencia ha sido probada, deja en el espíritu humano una dicha más duradera. Además, lo que se obtiene sin esfuerzo y sin arriesgar nada poco lo valoramos. Y c...

Las ventajas de la reflexión.

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Contrario a lo que podría esperarse, ante la vida bulliciosa y frenética de nuestros días, hay mucha gente que busca lugares donde puedan pasar unas horas meditando. Cuando asistimos a uno de estos centros observamos que la gente se conecta con la naturaleza y sobre los prados caminan con notoria parsimonia o se sientan a exhalar e inhalar el aire con lentitud. Allí en medio de plantas ornamentales y árboles frondosos, sus gestos y actitudes expresan que buscan la serenidad del espíritu y para lograr el propósito siguen técnicas que les faciliten la conexión del cuerpo con la mente y el alma hasta sentir el ser total completamente libre. La primera condición para experimentar esta libertad interior es la reflexión. Gracias a ella nos volvemos sobre nuestros actos para observarnos a nosotros mismos y descubrir los aciertos y equivocaciones que a diario hallamos en este camino de la vida. Esta especial meditación nos enseña no sólo a relajarnos sino ante todo a examinar la bondad o m...

El miedo nos detiene y esclaviza.

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Miedo es una palabra que solemos sustituir con otras como temor, ansiedad, turbación interna. Con ellas queremos dar a entender un conjunto de sensaciones que nos empequeñecen y detienen para conseguir nuestros propósitos. Pero no hablaremos del miedo como mecanismo de defensa y que todas las especies animales poseen. Gracias a él se reacciona de forma instintiva para evadir o atacar una amenaza que pone en grave riesgo la integridad del ser vivo. Alterada la reacción instintiva se activan los reflejos y el organismo sufre una serie de cambios fisiológicos que dan agudeza, agilidad, fuerzas y destrezas ignoradas. Nos referiremos a ese miedo que a veces se presenta como un hecho aislado y en otras ocasiones se nos viene encima como un peso permanente que nos oprime. En este segundo caso es nefasto porque altera el equilibro de nuestro cuerpo y es la causa de muchas enfermedades cardiovasculares. Sentimos que sudamos, la piel se torna pálida, se altera el ritmo cardíac...

Interrogarnos debe ser una costumbre.

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Cuando observo a las personas que van por la calle me doy cuenta que son muchas las que llevan demasiada prisa. Mas cuando a una de ellas le pregunto que hacia dónde se dirige suelen titubear al darme una respuesta. Este hecho demuestra que no saben su objetivo o que no se creen capaces de conseguirlo. En sus palabras hay inseguridad y en sus acciones ligereza. Aunque como seres humanos estamos inclinados al error, si tuviéramos la sana costumbre de interrogarnos evitaríamos equivocarnos tanto. De nada sirve establecer metas si fallamos en el diseño de las estrategias para conseguirlas. O al intentar ir hacia ellas equivocamos el camino. El fracaso comienza cuando no hacemos la pregunta correcta o no sabemos la respuesta. Saber interrogarnos es todo un arte y dar la respuesta acertada es demostración de gran sabiduría. Tomemos la pregunta: ¿Qué deseo yo de la vida? Lo primero que advierto es que la formulación de esta interrogante disminuye la extensión de mis deseos y facilita ...

Resentimientos y discusiones alejan a la paz.

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Muchas veces se ha dicho que nuestra vida es como una película donde el principal protagonista es cada uno de nosotros. En ella hay cuadros individuales y momentos que llaman más la atención que otros. Pero no siempre lo hacen porque nos maravillan sino porque dejan en el alma profundas heridas. Y entre estos instantes destacan los que se iniciaron en una discusión y que por falta de prudencia nos llevaron a la separación en el hogar o al abandono del trabajo, de los cuales más tarde nos arrepentimos.    Cuanto más tratamos de arreglar la vida y de man­tenerla en orden, más se empecinan personas y circunstancias en llevarnos hacia el caos. Lo peor es que nosotros alimentamos esa hoguera que nos consume y nos hace sufrir. Nos demoramos mucho tiempo en aprender en cómo superar esos momentos terribles en que actuamos de manera alocada y peligrosa contra nosotros mismos y contra nuestros amigos, familiares y vecinos. Las consecuencias inevitables de esas conductas son ...

Aprende a servir y serás perfecto

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15 de enero de 2013 Los seres humanos, ante la avalancha de exigencias de la vida actual, no tienen el tiempo de leer grandes y profundos tratados sobre cómo debemos vivir y qué debemos esperar. El bullicio de cada día le impide devolverse sobre su propio actuar para reflexionar y hallar respuestas a sus problemas. El mundo de los aparatos y baratijas le absorbe como la arena al agua y sólo tiene tiempo para mirar cómo unos aumentan desaforadamente sus tesoros mientras otros ven perder el poder adquisitivo del dinero que le reportan por su gran esfuerzo. En lo que sí todos están de acuerdo es en alcanzar el éxito a toda costa. Pero, lamentablemente, se trata de una meta efímera y material que complace pero no satisface. Muchos lo consiguen y terminan, pese a tanta comodidad que les proporciona ese nivel de vida, en el fracaso porque les falta trascender para ser felices. La felicidad exige la perfección interior o grandeza humana así como la calidad se impone donde el grupo soc...