Oración del día
8 de octubre 2025 Señor y Padre nuestro: Es hermoso darte gracias porque escucho el canto de las aves. Escucho la voz de tu Hijo amado en el Sermón del Monte: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. (Mateo 5:6). Pero me doy cuenta de que los hombres no pueden saciar el hambre y la sed que padezco. Por más esfuerzos que se hagan, la justicia humana es imperfecta. Por todas partes veo la falta de rectitud. Política, economía, juzgados, religiones muestran casos de permanente injusticia. Esta lucidez no me llena de pesimismo, sino que me advierte la vigencia de las palabras de Jesús. Sólo Tú, Señor y Dios nuestro, puedes implantar la justicia. Ante tanta opresión y violencia que el mundo ofrece tengo la esperanza de ver brillar la justicia que viene de Ti, Padre celestial. (Amos 4:1). La vida humana carece de valor. El sicariato es una empresa que con cada amanecer se fortalece. En las sombras y a plena luz del sol la muerte...