Sobre el hábito lector
Formar verdaderos y competentes lectores debe ser el propósito de la escuela. En los primeros años los padres se alegran que su hijo e hija saben leer y en los años intermedios y en los superiores se enorgullecen al ver que niños y niñas adquirieron el hábito lector. Sin embargo, al interior de la institución educativa los docentes hallan muchas dificultades para llegar al feliz cumplimiento de ese objetivo. Entre otros que los padres no apoyan el proceso lector porque estiman que adquirir un libro es una malversación en estos tiempos en que internet es la panacea del conocimiento y los niños y adolescentes encuentran en la tecnología mayores motivos para leer. Pero este es un sofisma de distracción si tenemos en cuenta los resultados que arrojan las calificaciones bimestrales en cada plantel educativo. El problema no se resuelve en las pantallas o en las páginas de los libros físicos, si padres y maestros no se unen para despertar la motivación suficiente en los muchach...