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José Emilio Pacheco

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El ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana  (2009) y el  Premio Miguel de Cervantes  (2009), Jose Emilio Pacheco, murió un 26 de enero de 2014. Su compromiso social con su natal México es una característica fundamental de toda su obra y la vertebran temas como el paso del tiempo, la vida y la muerte.   Como narrador destacan sus relatos  El viento distante  (1963),  El principio del placer  (1972),  La sombra de la Medusa y otros cuentos marginales  (1990) y la novela  Morirás lejos  (1967) y  Las batallas del desierto  (1981). Leamos uno de sus poemas:   Presencia   ¿Qué va a quedar de mí cuando me muera sino esta llave ilesa de agonía, estas pocas palabras con que el día, dejó cenizas de su sombra fiera? ¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera esa daga final? Acaso mía será la noche fúnebre y vacía que vuelva a ser de pronto primavera. No quedará el trabajo, ni la pena de ...

Retrato de un aeda

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  Allí en la Nicaragua de Cardenal y de Sandino nació un poeta más alto que el Olimpo donde reina Zeus y que él paseó en los días de su juventud de abrojos cuando buscaba entre las hojas de los árboles vocablos de lirósforos sonidos de la fuente.   Era el mensajero de esas tierras de ninfas y rapsodas que Afrodita en orgía verde alimentó con versos de espuma y cielo.   Su plumaje blanco de cisne opacó la brisa de los lagos donde voces palmípedas extendían sus alas de ensueño.   Sus ojos taciturnos de fecundas lágrimas se extraviaron en los paisajes de dos siglos que lo contemplaron soñar en los jardines primaverales de su poesía sinfónica.   En su cabeza los laureles que sembró la gloria no pudieron arrebatar su candidez de niño triste que lo siguió como lazarillo por el mundo.   Guardaba en el ánfora los números que Pitágoras cinceló con lámparas sobre las olas de la isla de Samos.   En los recodos y bif...

Es mi empleo.

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Ahora que mis manos están llenas de años quiero lanzar al mundo sus monedas. Tal vez alguien las recoja para festejar. Otros para criticar sus fulgores.   Con ellas nada se compra en las mercaderías. Son monedas de oro que dan luz a ciegos, buscadores y mineros.   Son monedas acuñadas por el tiempo. ¡Qué mejor acuñador que el tiempo! Mis manos están llenas de tiempo. Rígidas y punzantes, como el enebro, se volvieron mis manos. Monedas que ostentan embriaguez. La embriaguez que dan los años. Como el vino. hacen perder el juicio. El vino sabe a nostalgia y la nostalgia enceguece. Pero en esa ceguera hay luz. Luz que asombra a los mineros.     A mis años no tengo otro oficio que lanzar monedas.

Las Viudas de Mayo

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  Cuando voy por la calle, a veces suelo contrariar a mi madre que me aconsejaba que no hablara con extraños, pero, como curioso que soy, me presento e inició con una pregunta que resulta interesante para mi interlocutor porque decide corresponder y responderla.      — ¿Qué es lo que más te ha dolido en la vida? Con este interrogante di comienzo a mi conversación.      Ella, sin dejar de mostrar extrañeza, me contestó con voz tímida —parir a mis hijos— Sin dejar de contemplar su rostro de mujer madura, le dije: —Te equivocas, eso duele, pero es un dolor al que acompaña la alegría porque tienes la satisfacción de saber que, después de esa horrible sensación, vas a conocer al amor de tu vida—. Ella, arrugando la frente y sorprendida, me preguntó: —¿Qué es lo que más duele en la vida, entonces? — — El dolor más grande en este mundo es perder a un hijo, enterrar su cuerpo, no volver a ver su rostro, extrañar desde lo más profundo de tu corazón su voz ...

Algunas palabras

Un poema de Efraín  Gutiérrez Zambrano Algunas palabras las manosean tanto que terminan con el vestido sucio y desgarbado. A nadie le duele su aspecto de mendicidad elocuente. Pocos reparan en sus ojos desorbitados y salpicados de impúdico asombro.   No puedo impedir que sus gestos rompan el corazón y denuncien mi silencio cómplice.   Algunas palabras las manosean tanto que el aire se mancha con habladurías. Las calumnias abren heridas en sus cuerpos con el brillo de sables de rancia aristocracia. Ellas ante la humillación se quedan mudas al escuchar sus nombres en bocas de bufones.     Algunas palabras las manosean tanto que pierden su claridad sonora   y detienen la respiración al contemplarlas excluidas de la razón lúcida. Pero me deja perplejo ver como toman en sus manos el instante y lo arrojan a los labios que se cierran para que vuelva a embellecer la nada.    

Desde el silencio del abismo

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El 26 de febrero a las 7 P.M. se hará el lanzamiento del poemario Desde el silencio del abismo . Si deseas estar en este evento que será virtual  deberás inscribirte en el correo efraguza@gmail.com  A partir de esa fecha usted lo podrá adquirir desde cualquier lugar del planeta.         Doce obras finalistas optan al XXXV Premio Mundial  Fernando Rielo de Poesía Mística Procedentes de Argentina, Chile, Colombia, Cuba, España, Estados Unidos y México Se han presentado 279 poemarios de 31 países de África, América, Asia y Europa   Madrid, 2 de diciembre de 2015   La relación de poetas y obras finalistas, por orden alfabético, es:   José Cañas Torregrosa (Granada, España), Poemangelicus   Virginia Gamba (Nueva York, USA),  Show and Tell               Efraín Gutiérrez Zambrano (Bogotá, Colombia), Desde el silencio del abismo   J...

A mi madre

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Ella es paz, sombra y compañía. Amor que libra de la angustia. Caricia grata en la ausencia y alero amplio bajo la tormenta. Es la espiga donde abunda el trigo y la fuente donde la sed desaparece. Ella da al corazón el sosiego que une y hermana. Ella es canto de alondra en la fría mañana y beso de viento en el verano. De sus labios aprendí la poesía y sus palabras fueron árboles donde colgué mis sueños como nidos. Hoy que descansa en el lago azul la veo como cisne blanco que acompaña en la sequía. Efraín Gutiérrez Zambrano

Tres poemas de Efraín Gutiérrez Zambrano

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El niño Hace días registraba que en octubre siempre llueve sobre la montaña. Debo retractarme, octubre se ha vestido de llamas en los bosques donde vivía el cóndor. Lo curioso de todo es que los bomberos echan la culpa de tanto sudor a las nubes de humo con que juega un niño. Dicen que seguirá entre nosotros, antorcha en mano, sofocando al viento con sus bolardos de fuego. Es un fenómeno de inocencia que nos viene del mar afirman los meteorólogos en los informes que redactan en el lenguaje del yermo. Es un hijo bastardo del feroz Poseidón, se atrevió a escribir un académico de piel de arena. Un periodista, desde su oficina de vitral extinguido, pregona en la radio que ese niño no dejará de crecer hasta que se haya bebido toda la blancura de la nieve. Es la primera vez, dice a sus colegas de la mesa de ondas, que la infancia es una pesadilla para las represas que alimentan los acueductos de ciudades y pueblos. Muchos quisieran ver el rostro de la insólita criatura desprovista d...