El miedo nos detiene y esclaviza.
Miedo es una palabra que solemos sustituir con otras como temor, ansiedad, turbación interna. Con ellas queremos dar a entender un conjunto de sensaciones que nos empequeñecen y detienen para conseguir nuestros propósitos. Pero no hablaremos del miedo como mecanismo de defensa y que todas las especies animales poseen. Gracias a él se reacciona de forma instintiva para evadir o atacar una amenaza que pone en grave riesgo la integridad del ser vivo. Alterada la reacción instintiva se activan los reflejos y el organismo sufre una serie de cambios fisiológicos que dan agudeza, agilidad, fuerzas y destrezas ignoradas. Nos referiremos a ese miedo que a veces se presenta como un hecho aislado y en otras ocasiones se nos viene encima como un peso permanente que nos oprime. En este segundo caso es nefasto porque altera el equilibro de nuestro cuerpo y es la causa de muchas enfermedades cardiovasculares. Sentimos que sudamos, la piel se torna pálida, se altera el ritmo cardíac...