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Mostrando las entradas etiquetadas como Temor

El miedo nos detiene y esclaviza.

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Miedo es una palabra que solemos sustituir con otras como temor, ansiedad, turbación interna. Con ellas queremos dar a entender un conjunto de sensaciones que nos empequeñecen y detienen para conseguir nuestros propósitos. Pero no hablaremos del miedo como mecanismo de defensa y que todas las especies animales poseen. Gracias a él se reacciona de forma instintiva para evadir o atacar una amenaza que pone en grave riesgo la integridad del ser vivo. Alterada la reacción instintiva se activan los reflejos y el organismo sufre una serie de cambios fisiológicos que dan agudeza, agilidad, fuerzas y destrezas ignoradas. Nos referiremos a ese miedo que a veces se presenta como un hecho aislado y en otras ocasiones se nos viene encima como un peso permanente que nos oprime. En este segundo caso es nefasto porque altera el equilibro de nuestro cuerpo y es la causa de muchas enfermedades cardiovasculares. Sentimos que sudamos, la piel se torna pálida, se altera el ritmo cardíac...

Todos tenemos defectos y nos equivocamos.

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                      Algunas personas se comportan como si estuvieran dentro de una urna formada por espejos. Quien se acerca a ellas no logra penetrar en su interior y termina por expresar que son enigmas. Como en el pasado les han hecho daño creen que quien se acerca a ellas lo hace para burlarse o herirle. Llenan su corazón de experiencias negativas y rencores que les vuelven temerosas. Son desconfiadas en extremo y prefieren, como la tortuga, adentrarse en su caparazón para protegerse de las miradas e influencias ajenas. Con los años desarrollan altos grados de agresividad y su odio los convierte en personas peligrosas y crueles. Otras, se van al extremo de las anteriores y, aunque reciben humillaciones, éstas parecen no dejarles huella alguna que les haga reaccionar frente a nuevos hechos similares. Transforman la fiesta en carnaval y aunque se muestran alegres no logran disimular su existencia pesada y triste. Se vuelven...

La paz interior que irradia la generosidad

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Es muy cierto que a nadie le faltan los problemas y estos no sólo dependen de la abundancia o la escasez. Pero dejar que las preocupaciones lo amilanen y su peso lo haga lento y abúlico sí que es algo que debe preocupar. Es difícil aprender a caminar sin preocupaciones pero es lo más saludable. Para conseguir los objetivos de este aprendizaje se recomienda, según el sentido común y la experiencia, ser generoso, pero sin caer en los excesos. A trabajar sin exageraciones que disminuyan la salud. Y a reconocer los errores cometidos con mucha humildad y decisión para no volver a incurrir en ellos. Pero para el ejercicio reflexivo del día un solo tema basta. Y para comenzar es conveniente aceptar como guía e introducción, el pensamiento rector del fundador del positivismo, Augusto Comte: “Vivir para otros no es sólo ley del deber, sino ley de la felicidad.” Entender lo que significan sus palabras llena de sentido los actos cotidianos y es causa de gozo para el corazón. El amor a sí mis...

El pedestal del hombre actual

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El ser humano actual vive obcecado, engañado creyendo que su grandeza y dignidad está en relación directa con la cantidad de bienes materiales que posea. Su drama diario radica en conseguir más cosas que lo hagan un ‘hombre de bien’. Olvida su esencia porque lo que importa es el poseer. No hay sueldo ni fortuna que lo puedan alejar de su inquietud y afán de acumular los cachivaches y fantasías que el mundo multiplica y ofrece en vitrinas y estanterías. Cada día desea ser más grande, tener más poder del que da la posesión y no importa lo que tenga que hacer para conseguir su meta. Si es necesario matar a otro lo hace porque valen más las cosas y el dinero que la vida humana. Esa agitación que produce el deseo de poseer despierta en él necesidades cada día más exigentes y más difíciles de satisfacer. Ya en el niño se puede ver que si tiene un carro de juguete desea una bicicleta de verdad y al llegar a la adolescencia sueña con un carro de marca para ir a la universidad. Quiere l...

Permita que su corazón y su sexualidad se conecten

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El hombre llegó a la puerta, miró hacia los lados y al observar que nadie le seguía, entró. Adentro buscó en la semioscuridad una mesa desocupada. Se sentó y pidió una cerveza. Frente a él pasaron una rubia, una trigueña, una chaparrita, pero se decidió por la primera. La invitó a sentarse a su lado y le dijo que podía pedir lo que quisiera. Ella solicitó un ron. Hablaron sobre el precio de sus servicios sexuales y después que convinieron se dirigieron a las escaleras del fondo, iluminadas por una luz roja. Atrás quedaban los olores a varios perfumes femeninos que se mezclaban con el de la cerveza y el cigarrillo. Horas más tarde se encaminó hacia su casa donde la esposa le esperaba con sus dos hijos. La mujer, al sentir que entró en la alcoba nupcial, se hizo la dormida para evitar las discusiones  y promesas de todos los fines de semana. A los pocos meses, ese mismo hombre traspasó el umbral de mi oficina. La vida nos había reunido en la facultad de derecho. Su semblante ref...

Hacia estadios de vida superior

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El mundo actual se ve atemorizado por la inseguridad que brinda la falta de coherencia entre lo que se piensa y se hace. Se ve claramente que cada día el ser humano domina mejor el universo material, pero no deja de preocupar que sus instintos son más impetuosos y sin explicaciones que satisfagan llenan de muerte y violencia los titulares de los periódicos y noticieros. Hoy, más que nunca es indispensable que se reflexione, no sólo en las aulas que se volvieron peligrosas, sino en todos los estamentos sociales sobre las causas de un flagelo que cada día sorprende por lo rápido de su propagación. Tal vez el indagar ayude a pensar sobre el camino a seguir en este laberinto  de extravíos humanos.          Es conveniente, para tener un punto de partida, iniciar  con Aristóteles quien distinguió entre vida vegetativa, sensitiva o animal y racional. El árbol absorbe los elementos minerales que la tierra le proporciona y sigue el plan de l...

El poder de las palabras

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Hay palabras en el lenguaje que son más pesadas que otras. Es extraño, pero las palabras no sólo tienen un sentido sino que también ayudan a crear o a modificar los entornos y circunstancias en que los seres humanos nos movemos. Cuando se lee el libro del Génesis se advierte que Dios lo hizo todo mediante la palabra hágase. Y de la nada brotaron las maravillas que asombran e interrogan. Esos significantes que forman el sistema del lenguaje están cargados de energía positiva y negativa como todo el universo. A cada unidad de pensamiento corresponde una intención del autor de ella y en el lenguaje oral su importancia es decisiva. Basta con observar cómo reaccionan los hijos o los estudiantes a las palabras que les dirigen sus progenitores y maestros. En mi experiencia recuerdo que mi profesor de literatura, después de haberle entregado un poema escrito que la tarea imponía, me dijo que yo sería un escritor. “Si sigue así, llegará muy lejos.” Para ese momento creo que ni él ni yo...

Soñar es la llave del futuro.

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Hay personas que buscan a otra para contarle sus sueños y esperan que ella les interprete lo soñado o al menos las escuche con atención. Lo hizo el faraón con José y el profeta Daniel ganó respeto ante el rey y la posteridad por lo acertado de sus interpretaciones. Pero no se puede negar que hay algo de misterio en estos hechos oníricos y su lenguaje expresa una atmósfera mística que da un halo especial a los que dicen conocer los símbolos soñados. Se dice por ejemplo, que la mamá de Pericles, en los días de la gestación, en sueños vio un león manso que su hijo acariciaba y salió a decir a sus amigas y vecinas que el hijo que nacería de sus entrañas sería importante y poderoso. Gracias a un sueño, José supo que lo mejor era marchar con su familia a Egipto para evitar que el hijo de Dios cayera en la matanza de niños ordenada por el rey Herodes.                   Pero lo más importante es lo que a c...

Aprende a mirar hacia el cielo

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16 de enero de 2013 Dice   Milan Kundera: “El hombre se convirtió en una simple cosa en manos de las fuerzas (las de la técnica, de la política, de la historia) que le exceden, le sobrepasan, le poseen.” El hombre se perdió en el mundo de caos que él mismo creó. Se extravió para perder el señorío que su Creador y el pasado le habían dado. Ese poder de dominio sobre la naturaleza lo ha venido cediendo a sus creaciones y a las vicisitudes de la política. Por dedicar su tiempo a lo superficial de su cultura no tiene tiempo de mirarse a sí mismo, para valorar su rostro y su gesto. Ya no juzga y dirige su vida para trazar el derrotero de acuerdo con la jerarquía de los altos valores y nobles ideales porque no los tiene o se le han refundido en esa maraña de cosas que le ahogan. En su extravío, cada vez más busca educación para él y sus hijos en las aulas virtuales donde lo único valioso es el conocimiento, pero desconoce las ventajas del equilibrio emocional y la formación i...

7 Temores del ser humano

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1.        TEMOR A LA INESTABILIDAD : Lamentablemente nosotros experimentamos paradójicamente debilidad y fortaleza al “poseer” bienes o a otras personas que nos rodean. Si poseemos, las personas y las cosas nos dan una seguridad de papel. Dedicamos mucho tiempo, por no decir toda la vida a desear a otros o a poseer cosas y no nos detenemos en pensar en nuestro paisaje interior donde el amor sea el sol o en el bagaje intelectual donde el conocimiento sea el pan de cada día. 2.        TEMOR A PENSAR: Surge del miedo al rechazo, creemos que no sirven   de nada las ideas nuestras, que nos van a tildar de idiotas o simplemente es un miedo a cambiar la imagen del ser humano que deseamos proyectar, nos pasamos el tiempo denigrando o calumniando a las personas y hasta nos gusta depender de las ideas ajenas y simplemente las imitamos y no tratamos de imaginar y realizar lo original que hay en nosotros. Y como consecuenci...