Enseñar a pensar
Por Efraín Gutiérrez Zambrano Artemus Ward, brillante escritor del siglo XIX, escribió: “No son las cosas que desconocemos las que nos ponen en un aprieto. Son las que conocemos las que lo causan” . El problema mayor es que aquello que se ignora, por orgullo humano, no se reconoce. Mucho menos se valora a quien puede ser el portavoz de una idea innovadora o útil que puede cambiar el curso de los días o los acostumbrados resultados a los cuales la mente se habitúa. Es tendencia natural, así lo confirma la física, que la ley de inercia rige la materia e incluso el pensamiento, pues, como decían los filósofos de la dialéctica que criticaron a Hegel, el pensamiento es un producto de la materia en su alto grado de evolución. En consecuencia, en la mente tiende a permanecer la visión equivocada o evidente que informa de un fenómeno, un hecho o una ideología. Además, a la ignorancia y el orgullo humanos se suele sumar la envidia para formar el muro que impide que el ojo vea...