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El vacío del corazón humano.

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Por Efraín Gutiérrez Zambrano Hoy vive la sociedad una sensación de vacío. Algunos dirán que es una alucinación. Pero si se observa con la intención de hallar la verdad de la aseveración inicial se puede ver que mucha gente tiene horror al vacío. Se ve un hormiguero que se prepara para un largo invierno o un viaje sin retorno. Tienen grandes superficies abarrotadas de todo lo que pudieran necesitar ante la catástrofe que tal vez presagian. Y no es para menos. No disponen de tiempo para educar a sus hijos e hijas sino que se ocupan en actividades que produzcan dinero para comprar pedazos de felicidad que contienen las cosas en su interior. Parece que eso cree la gran mayoría adicta a la tecnología. Luego llenan los cuartos de niños y niñas con artefactos que los esclavizan y separan de padres y hermanos. La belleza del amanecer no constituye una noticia. Madrugan a mover sus carros y aviones para alejarse de esa tranquilidad que irradia la noche con sus estrellas. Busc...

De los peligros de la codicia

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No podemos negar que la piel del alma es el cuerpo y que para el hombre no hay lugar más placentero que este mundo donde los placeres son los mayores estímulos, no sólo para vivir sino que son los que nos llevan, a fin de cuentas, a sonreír y a decir que somos felices o, por lo menos, que estamos satisfechos con nuestra existencia. Y cualquiera podría imaginar que esto es lo natural y yo estaría de acuerdo si en este laberinto de gustos y vanidades el ser humano no se extraviara y en lugar de ir hacia la felicidad no le viera perdido en medio de la materialidad de la vida. Es allí en medio de ese desconcierto donde desarrolla la codicia que se puede definir como el deseo vehemente de poseer cosas, así sean cachivaches, dinero o cualquier innovación tecnológica. Desde los mendigos hasta los magnates son proclives a desarrollar este vicio y, por tanto, a ser infelices bajo su dominio. No hay época en que los avaros no hayan sido protagonistas de grandes historias p...