Oración del día
25 de agosto de 2024 Gracias, oh, Padre, por el milagro del amanecer. Gracias por la salud. A veces sólo la apreciamos cuando en la veloz carrera de tantas actividades y compromisos la enfermedad nos detiene para que el dolor nos dé sus lecciones. Recuerdo que cuando una de las acciones médicas tenía éxito, Ambrose Paré, gran cirujano de la corte de Francia en el siglo XVI, decía al entregar el paciente a sus familiares: “Yo sólo lo curé, pero fue Dios quien lo restableció”. Paracelso, contemporáneo de él, también decía: “Los incrédulos llaman a los hombres para que vengan a socorrerlos, pero los cristianos llaman a Dios, y él envía a alguien que les devuelve la salud, ya sea un médico o Él mismo”. Cuando nos enfermemos agradezcamos a los médicos sus esfuerzos, pero agradezcamos a Dios la nueva oportunidad que nos brinda. Nuestras vidas están en sus manos; Él tiene poder para dar la vida o quitarla. (1 Samuel 2: 6). En la Biblia se lee que cuando el rey Ezequías cayó e...