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Un propósito para este año.

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Comenzar el año llena de esperanza a quienes aún tienen fe y de temores a quienes carecen de ella. Pero los colores de la esperanza escasean y los de los temores lo tiñen todo. Sobre todo en una sociedad que en cada amanecer lanza nubarrones y envuelve en crisis sus instituciones y ciudadanos. Para muchos no cesa “la horrible noche”. Y el año no muestra un cielo despejado que deje ver el horizonte halagador. Es por eso que necesitamos renovar nuestra fe. Pero este concepto no tiene sentido sin un acercamiento a Dios. Recordemos que sin Dios no hay fe y sin fe no se puede ver a Dios. Algunos dirán que eso de la fe y depositar nuestra confianza en Dios es preocupación de los ilusos. Muy pocos reconocen que existe un Dios que bien puede salvar al ser humano de la desesperación y el nihilismo. Y que esto sea claro: No son las religiones las que salvan; es Dios el dueño del poder y sólo Él puede salvar a quien le pide su protección. Un gran gentío se ve ir de templo en templo y pas...

Dominemos la ira.

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La ira es entre las emociones una de las m ás complejas y perturbadoras. Es la fuente del caos emocional y la causa de muchos actos a los cuales sigue el arrepentimiento. Su presencia produce una carga que amilana a la persona y enceguece la razón. Ante ella sucumbimos sin darnos cuenta de los daños que nos causa. Está comprobado por la ciencia y por la experiencia propia que las emociones producen pensamientos negativos y perturbadores que afectan todo nuestro ser. No sólo el cuerpo siente el desequilibrio, también la mente se embota cuando no controlamos nuestro enfado. Existe una relación que no podemos negar entre las ideas que generamos cuando estamos enfadados  y el modo como enfrentamos la ira sin control. Si no le ponemos freno en la forma adecuada nos puede llevar al hospital o al cementerio. Las emociones y pensamientos caóticos enferman, envejecen prematuramente, bajan las defensas inmunológicas y hasta pueden producir la muerte. La ira entorpece las relaciones con...