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Mostrando las entradas etiquetadas como Frustración

La gracia de Dios

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Contrario a lo que se piensa, pocas personas buscan y aceptan la gracia de Dios. Si la acogieran en sus corazones, se darían cuenta de que la misericordia de Dios se hace palpable en la vida cotidiana. La gracia de Dios es el atributo de un Dios indulgente, que perdona todo con los ojos cerrados porque ama al ser humano. La gracia de Dios es la solución a todo caso perdido, a la impotencia humana frente a fenómenos que lo doblegan y humillan. Pero no basta con hablar de Dios y encomendarnos a su gracia divina. Ganar el paraíso o ver palpable el milagro exige un esfuerzo máximo en oración, ayuno y caridad. No tema ni desconfíe de la Misericordia de Dios que se manifiesta en su Gracia, es decir, en dar. Si hay fe y perseverancia, aunque los méritos personales sean insuficientes, la gracia de Dios llegará como el sol después de una noche cerrada y tormentosa. Sin embargo, la gracia de Dios no se debe confundir con algunas falsificaciones que han hecho seres humanos que hablan de Dios s...

Peor que el cáncer

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Traer la corrupción a los bosques del poema es impulsar una rueda de fuego entre hojas secas. ¿Acaso no basta con los estragos que a los países hace su voracidad de dragón enardecido? Es por ella que el reloj falsea la hora de sol y la convierte en una antorcha de tinieblas. En los círculos de la política siempre muestra su risa de hiena para conquistar adeptos. Y al acostumbrarse el pueblo a ese sonido aplaude a sus depredadores con su voto. Una estela de humo es la bandera que la identifica como emisaria de tragedias. Todos conocen sus ojos de Medusa en celo pero se dejan llevar por el oropel de sus cabellos.   Mientras ella se pasee por campos y ciudades reinarán felices el hambre y la miseria. Efraín Gutiérrez Zambrano

El hambre genera violencia.

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Hay niños en el mundo que crecen con hambre física y afectiva. Esta carencia les llena de resentimientos y deja en el  alma infantil el sabor amargo del miedo a la muerte provocada. Su ser amenazado no comprende esa carencia y sus ojos expresan la desolación de una lluvia de miradas que lo maldice. Pronto se da cuenta de su impotencia para descubrir una persona, un animal o una cosa que le brinde seguridad, amor, alegría y sobre todo, pan y agua. En esta etapa el ser humano experimenta los dolores y soledades que genera la falta de amor como una distorsión de las expectativas vitales que califica no como carencias del momento sino como amenazas contundentes contra su vida. Amenazas que le propinan los adultos que se hallan a su alrededor viéndole morir sin importarle sus gritos lastimeros o su cuerpo desnutrido. El hambre, en cualquier etapa de la vida, somete al hombre a que se arrastre y humille ante otro para que le tienda la mano y le dé un mendrugo que satisfaga u...

Entre la inconformidad y la indolencia.

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Es bueno ser inconformes, pero no es lo más conveniente hacer de la inconformidad una costumbre. Hay quienes no se hallan a gusto con su estatura o con el color de sus ojos. Es difícil que alguien admita que está de acuerdo con su sueldo. En la casa nos molesta la distribución de las cosas y muchas veces deseamos tener un montón de cachivaches que llenen la sala. Para algunos son mayores los traumas y egoísmos que las ganas de vencer y escalar la cima sin desconocer a los demás. No faltan aquellos a quienes les irrita el comportamiento de su pareja o de sus hijos porque no aceptan los consejos que de ellos reciben. En fin, parece que nos sentimos incómodos hasta con nuestro rostro porque no expresa alegría. Sin embargo, existe una multitud que afirma que sin esa inconformidad no se puede esperar el progreso social y el crecimiento personal. Otra afirma que si abandonamos la inconformidad admitiremos la indolencia que es peor enfermedad. Y seguramente conoceremos a personas que dicen...

Emular, antes que imitar.

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Si bien los seres humanos casi todo lo aprendemos por imitación no resulta fácil imitar sin humillarnos y sentirnos irrespetados. Nos enfadamos cuando alguien no sigue nuestras sugerencias o no se deja imponer nuestras convicciones. Solemos comparar a nuestros seres cercanos y amados con otros, que nos parecen ejemplos a seguir y por eso queremos que ellos los sigan de manera ciega. Hay personas que viven y actúan de manera determinada porque esa es la forma como les corresponde a los de su clase o profesión. A éstas les causa repulsión ver que otra persona actúa como ellos sin ser de ese estrato. Les parece una vergüenza que alguien de otro color viva su vida de manera diferente a como ellos la viven. La clase social, los abolengos, la raza, los títulos académicos desarrollan ciertos grados de rigidez y etiquetas que producen vacío y desasosiego en muchos de nosotros porque creemos, erróneamente, que los demás deben ser como nosotros o nosotros como ellos. Vivimos en continua co...

El lenguaje de los sentimientos.

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En Secretos de los triunfadores escribí que las palabras son el mágico vestido de las ideas , pero olvidé mencionar a los sentimientos. Sin embargo, éstos hallan en gestos, presencias y actitudes otras formas de comunicarse desde nuestra interioridad. Para comprobarlo basta con observar los ojos ajenos para advertir el tedio o la alegría que causa el vivir. Y si la persona los baja o cierra para evitar que la auscultemos con nuestra mirada, esa actitud manifiesta que estamos en las orillas de ese gran piélago que no se advierte con facilidad porque somos amigos de las apariencias y no de los conocimientos profundos. Todos sentimos sus tempestades diurnas o nocturnas y sus olas serenas, sosegadas y tranquilas. Y sin embargo negamos esos parajes y ponemos en tela de juicio la existencia del alma. Hay momentos de ansiedad, desasosiego, zozobra, turbación y no podemos negar que hay días de gozo, alegres, generosos, optimistas. El gozo es el disfrute de los encantos y placeres qu...

Del jardín al caos.

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    Estos tiempos en que la nanotecnología sorprende cada día más con ingeniosos artefactos dejan al ser humano estupefacto. Sin embargo, sorprende que las amenazas internas y externas vayan en aumento. Pero olvidemos por ahora las últimas para concentrarnos en las primeras que tienen tanta influencia en la vida familiar, laboral, estudiantil y social. La ira, el desasosiego como lo llamaba el portugués Pessoa, el miedo (algunas veces inexplicable) son causa de respuestas inmediatas que se expresan en actitudes y palabras que comprometen el ser propio e indisponen la tranquilidad de nuestros semejantes. Aunque las amenazas no dan espera, reflexionar sobre ellas arroja luces sobre la manera cómo podemos enfrentarlas cuando se presenten en nuestra vida cotidiana. Son ciertas reacciones que podemos mitigar y, en el mejor de los casos, evadir. Cualquiera de estas amenazas internas mencionadas, si se deja que se hospeden de forma permanente, conducen a enfermedades que ...

Las lecciones que el dolor imparte.

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Para el ser humano es difícil aceptar los cambios que la vida le impone. Basta con observar algunas mujeres que se resisten a colocarse los anteojos que le son formulados para leer porque dizque les disminuyen su belleza. Su vanidad no les deja comprender que negarse a su uso habitual aumentará la miopía y con el tiempo podría venir la ceguera. Y ciegas no verían la vanidad ajena ni el color de ojos que las miren.   En algunas ocasiones, cuando nos miramos en el espejo nos damos cuenta que la piel del rostro no tiene la lozanía de los quince años y esa realidad termina por deprimirnos cuando le damos tantas vueltas en la cabeza sin poder comprender lo inexorable del tiempo. Somos seres que crecemos, pero que también el tiempo disminuye con sutil caricia. Resulta más arduo aún reconocer que debemos tomar decisiones que de no hacerlo pueden causarnos la muerte. Al paciente a quien los médicos le recomiendan la amputación de las piernas a cambio de seguir con vida le es sumam...

La frustración es causa de agresividad.

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                  Es conveniente aprender a reconocer los golpes agresivos que recibimos y que damos, sus causas y consecuencias. Cuando no podemos satisfacer nuestros deseos nos volvemos inseguros, desequilibrados, confundidos y buscamos en los demás la manera de expresar esa frustración. C onducta que adopta el ser humano en aquellas circunstancias cuando se enfrenta a un obst á culo que le produce un estado de tensi ó n (stress, en ingl é s) y que le impide alcanzar la realización de sus anhelos. Aquí el problema no es la dificultad a la cual nos enfrentamos sino la forma como respondemos nosotros ante ella. A veces esta conducta adoptada, lejos de ser una solución, es un nuevo problema al que llegamos. Reaccionamos de manera diferente, pero mostrando agresividad o pasividad extrema ante la insatisfacción que experimenta nuestro ser. No es s ó lo la certeza de no haber satisfecho la necesidad la que debe preocuparnos sino los ...