Aprende a escuchar. 9 de marzo de 2013 Desde que nace el ser humano experimenta la necesidad de escuchar. En la infancia, cuando apenas balbucea, desea indagar. En la adolescencia espera que alguien le sepa guiar y aconsejar. Cuando su mente se llena de preocupaciones y comienza a sentir la existencia como fardo, aspira a manifestar lo que piensa, y para conseguirlo, busca a alguien que lo escuche. Aunque receloso, se da a la tarea de encontrar una amistad, una compañía, para tratarla como gran tesoro. En las palabras, los mágicos vestidos de las ideas, varones y mujeres hallan el vehículo que el alma necesita para proyectarse hacia otro y henchida, ya de alegría, ya de tedio, romper el silencio que impone la desconfianza. Cuando alguien lo escucha entiende que a esa persona le interesa y deja de ser taciturno. Sabe que la timidez es signo de incomprensión e incompetencia. No saber comunicarse le aísla y disminuye. Hallar a alguien que lo escuche, lo acoge y tran...