AMIGOS DE LA LECTURA

Llega diciembre. Algunos comienzan los preparativos de navidad. Pintan la casa. Decoran las ventanas con luces y muñecos. Salen a disfrutar las brisas que vienen del río. Se unen los vecinos y sobre las calles dibujan la gordura de Papá Noel. En los almacenes y centros comerciales se ofrecen promociones y espectáculos para atraer a los clientes. Los parques se iluminan con bastones, estrellas, ángeles y figuras que rompen la monotonía de las  noches.    Este año tiene algo maravilloso, algo mágico. Dios me mostró los sentimientos y pensamientos de quienes me aman de verdad. Me dijo mediante hechos quienes son mi familia y mis amigos verdaderos. Me hizo fuerte al mantenerme, como el árbol, de pie. No temo al frío ni a la indiferencia. Siento el calor de aquellas personas que están conmigo. Me siento seguro cada vez que me abrazan y besan. Pero lo mágico de diciembre es que nos da una tregua en la batalla. Puedes ver la débil luz que aún ilumina a las personas y bordeas el riach

Metamorfosis Ese árbol tiene el semblante del que espera  el sol durante siglos. Una noche tan larga no es posible  sino en los bosques donde viven ancestrales algoritmos. Sus hojas han podido ver cómo la brisa agita lágrimas del páramo entre tulipanes y azucenas que crecen en las riberas del río que desemboca en el abismo. A veces el río se vuelve lava y se desborda ante las promesas de la lluvia o hierve como nieve de los rayos al caer sobre la falda. Sus hojas saben que el agua limpia la pradera y se lleva el furor de la piedra que traza el camino sobre el verdor que enluta las chabolas. Nunca desconfía del amanecer    que regala al viento sus canciones y lo hace vibrar con sus gorjeos. Allí, de pie sobre la montaña, espera el coro que trae la algazara de diciembre en medio de los copos que dan ese color pálido a los que miran con indiferencia los pesebres. Está convencido que el silencio anegará  los corazon

Una mirada a la educación del Alto Magdalena. Por Efraín Gutiérrez Zambrano El mundo de hoy es pragmático, es decir, examina resultados y sobre ellos reflexiona para tomar decisiones. La educación no puede ser ajena al fenómeno de búsqueda de la calidad en procesos y resultados finales. Algunos para justificar sus desaciertos o malos resultados suelen decir que la educación no puede caer en ese espejismo de pretender hacer de la escuela una fábrica. Pero la escuela, no lo olviden, es una fábrica de sueños y la educación es la llave que abre puertas insospechadas para mejorar el bienestar de las sociedades. Y para realizar los sueños se necesita que en las aulas se enseñe a los estudiantes habilidades de pensamiento y se desarrollen hábitos que evidencien que la inteligencia exige el esfuerzo continuo para llevarla de lo cuantitativo a lo cualitativo que es la verdadera dialéctica de la lógica escolar y académica. Mas en la vida académica, lo sabe quien es verdadero maestro, qu