¿Por qué atacan a médicos y enfermeras esta especie de bazofia?

En los corazones mezquinos y en los cerebros huecos no hay
sentido de la existencia humana que la dignifique. Pero sólo conocemos estos
especímenes en los momentos difíciles que suele la vida presentar para ponerlos
al descubierto. Son personas cuya pequeñez espiritual los semeja más a los
animales rastreros que a las águilas que orgullosos los pueblos antiguos
enseñaban como símbolo de grandeza en sus escudos y banderas. En ellos envidia,
avaricia e ingratitud se unen para darles ese semblante de seres oscuros y
tenebrosos cuyas acciones a los verdaderos humanos horrorizan. Algunos los
confunden con los ignorantes, pero no lo son porque saben las causas de su odio
avasallador como fuego de las tinieblas. Son fanáticos de la megalomanía y su
infundada superioridad los conduce a la agresividad que expresan, con palabras
y hechos, a las personas que los aprecian y sirven. Su carácter voluble y su
filosofía relativista les facilita justificar lo indefendible en los terrenos
de la razón humana. Esgrimen sus ponzoñas de alacranes en los momentos de
indefensión de sus semejantes. Asesinan a sus padres o hermanos para reclamar
una herencia porque consideran que la riqueza material se impone sobre la
espiritual. Traicionan al amigo y lo venden por treinta monedas que es el valor
de mercado de un esclavo en tiempos de Roma que los motiva en su afán de
lucrarse sin tener en cuenta la necesidad ajena y el valor de lo sublime. Acechan a sus víctimas como hienas hambrientas
y no aceptan razones que los hagan cambiar de opinión porque consideran que el
mundo fue inventado por ellos y nadie más tiene derecho a estar en él. Para
ellos la solidaridad es una flor exótica que debe ser exterminada porque su
perfume los indigesta. De la justicia solamente usan la venda de sus ojos para
alterar su balanza. Su insuficiencia
neuronal no les permite apreciar el espíritu de investigación y mucho menos
comprender el afán por descubrir el origen de la causa del fenómeno. A su olfato
el aroma que brota de la humildad le ocasiona alergia. Sus ojos padecen tal
ceguera que no se conmueven ante la belleza de los lirios que crecen entre el
fango y sirvieron a los egipcios para adornar los sarcófagos por ser los preferidos
de Horus. En la actualidad están en la flor
de lis, emblema de los Scouts, donde sus tres pétalos reflejan los principios
orientadores (Dios, Patria y Hogar) y recuerda a todos sus miembros el
imperativo de cultivar en los niños la abnegación, la lealtad y la pureza, pero
en estos esperpentos megalómanos, valores y virtudes son tan escasos como el agua
en el desierto. En su falsa comodidad
vital se creen originarios de Plutón y comparten con el dios griego los
dominios de la muerte a los que temen como polillas a la flama. Mas en su demencia no comprenden que aquellos
a quienes atacan son los soldados que en heroica batalla enfrentan la poderosa
guadaña que inventó la parca.
Pero dejemos atrás el hedor de estos zorrillos y hagamos de
la gratitud un incienso que alcance a llegar a los jardines del autor de la
Vida.
A médicos y enfermeras mi admiración y mis oraciones al Dios
de la misericordia para que los acompañe en esta lucha desigual. Al Padre de
Nuestro Señor Jesucristo pido fortaleza para resistir de pie hasta ver el amanecer
donde se anuncie la victoria, pues, de mi sangre brotaron un médico y una enfermera
que están allí en la primera línea del combate.
Efraín Gutiérrez Zambrano
Mejor explicado, imposible.gracias por prestarnos las palabras que no encontrábamos para explicar semejante actitud.
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