Feliz cumpleaños
Esa mañana, al abrir los ojos, observó que la luz del sol invadía su cuarto. Se levantó y corrió la cortina que daba a la calle. Frente a su casa, en el árbol, estaban dos pajarillos que lanzaban trinos al aire. En el cielo azul se advertía el espectáculo del día soleado. Después de acicalarse abrió las ventanas que daban al patio y comenzó a preparar su desayuno. Alcanzó a hervir el café y a tomar unos sorbos cuando llamaron a la puerta principal. Demoró en ir hacia ella porque no recordaba donde estaban las llaves. Al abrirla sus ojos chocaron con los de su vecino que sonriente le dijo: —Perdón, pero no podría dejar pasar esta alegre mañana sin venir a saludarte — y le entregó una caja mientras hablaba—. Tú eres una persona que vives sin que nadie te moleste y estás acostumbrado a la soledad. Pero hoy es un día maravilloso y la maravilla eres tú. Feliz cumpleaños. —Seas quien seas, eres un completo lunático. A quién se le ocurre venir a importunarme con semejantes palabras ...