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Mostrando las entradas etiquetadas como Oremos a Dios

Imposible ir a China

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Orar exige de quien clama a Dios perseverancia y fidelidad. Orar siempre, y no desmayar. (Lucas 18:1, 8) No se debe dudar de la eficacia de la oración. Con esta parábola del Juez inicuo y la viuda, Jesús, muestra cual debe ser la actitud de quien manifiesta la necesidad y espera que Dios la satisfaga. Pero también expresa que Dios responde a la oración si se insiste todos los días como hizo la viuda. En la vida humana sucede y esta pequeña historia sirve para demostrarlo: «Después de la Segunda Guerra Mundial era casi imposible ir a China. Sin embargo, eso era lo que yo realmente deseaba hacer. Oí hablar de un pequeño barco que iba hasta Shanghái, pero no era de pasajeros. A pesar de ello cada día iba a la oficina de la compañía y preguntaba si podía embarcar. El empleado, aunque era muy amable, siempre rechazaba mi solicitud. Al día siguiente insistía, hasta que un día el hombre me dijo: Debe ser muy molesto venir tan a menudo. Déjeme su número de teléfono y le llamaré cuando pued...

La gracia de Dios

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Contrario a lo que se piensa, pocas personas buscan y aceptan la gracia de Dios. Si la acogieran en sus corazones, se darían cuenta de que la misericordia de Dios se hace palpable en la vida cotidiana. La gracia de Dios es el atributo de un Dios indulgente, que perdona todo con los ojos cerrados porque ama al ser humano. La gracia de Dios es la solución a todo caso perdido, a la impotencia humana frente a fenómenos que lo doblegan y humillan. Pero no basta con hablar de Dios y encomendarnos a su gracia divina. Ganar el paraíso o ver palpable el milagro exige un esfuerzo máximo en oración, ayuno y caridad. No tema ni desconfíe de la Misericordia de Dios que se manifiesta en su Gracia, es decir, en dar. Si hay fe y perseverancia, aunque los méritos personales sean insuficientes, la gracia de Dios llegará como el sol después de una noche cerrada y tormentosa. Sin embargo, la gracia de Dios no se debe confundir con algunas falsificaciones que han hecho seres humanos que hablan de Dios s...

Acata este consejo de Dios

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Muchas veces, nuestra envidia es mayor que nuestro afán de conocer y amar a Dios. Siempre se envidia lo que no se tiene y con lo que se posee se humilla a quien carece de ese bien. Pero como a la envidia la corteja la avaricia cada día se desean más cosas que terminan por hacernos caer en el abismo del olvido de Dios. Nos aferramos a lo efímero sin percatarnos que la muerte es la deuda que pagamos pronto, aún en contravía de nuestra voluntad. Nadie puede evitarla así tenga tesoros para comprar la vida terrena. Nadie puede agregar un día a su existencia si ese privilegio no se lo concede Dios. Con justa razón dice la escritura: "Acuérdate de tus postrimerías y no pecarás jamás" (Eclo. 7,40). Consejo práctico para quienes en realidad buscan a Dios y no se dejan confundir con las comodidades de este mundo de apariencias. Esta sentencia nos sitúa en lo real, nos libera de ilusiones y vanos pedestales que persiguen la propia alabanza, los intereses egoístas, el frenesí de la...