AMIGOS DE LA LECTURA

. Padre celestial: Gracias por este nuevo sol que me ilumina. Deseo alabarte porque grandes son tus maravillas. Gracias por las bendiciones que a cada instante recibo. Gracias por los hijos que me diste. Ayúdalos a ser mejores personas cada día. Perdona mi falta de amor y mi indiferencia ante el dolor y la necesidad de otros. Te ruego que guíes mis pasos. Que mis acciones sean de acuerdo con tu voluntad. Inspira en mí palabras de consuelo para los que sufren la enfermedad y el abandono. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, tu Hijo amado. Amén. 

  29 de septiembre de 2022 Amado Dios: Hoy, como todos los días, deseamos alabarte y darte gracias por la vida y todas tus bendiciones. Ponemos en tus manos cuanto hagamos y anhelemos en este nuevo día. Gracias Señor por la hermosa patria que nos diste al nacer. Tenemos recursos suficientes y podemos poner fin a tanta injusticia social causada por el egoísmo, pero no queremos ser sensatos. Te damos gracias por aquellos que trabajan por el bien común y que se esfuerzan por imponer la justicia social. Protégelos para que las fuerzas oscuras no sieguen sus vidas por defender los derechos de otros. Tú, si te invocamos, vienes a socorrernos en nuestras tribulaciones y estarás acompañándonos, susurrándonos palabras de sabiduría y guiando nuestros pasos por el camino más seguro y conveniente para todos. Señor, en este amanecer te clamamos para que derrames tu Santo Espíritu sobre los habitantes de nuestra nación y sobre todo tengas en cuenta a las personas que amamos para que escuchen

  28 de septiembre de 2022 Espíritu Santo: El evangelista nos cuenta que a la entrada de la ciudad de Naín se encontraron dos multitudes de personas. Una seguía el féretro del hijo único de una viuda y la otra acompañaba a Jesús. Danos sabiduría para comprender este encuentro. La primera seguía a la muerte; la otra, al “Autor de la vida”. (Lucas 7:14-16). Traza para nosotros, seguidores de su Evangelio, el camino de vida plena. Las personas del cortejo fúnebre consolaban a la madre con su presencia, pero Jesús al verla, doblegada por la tristeza, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. E inmediatamente llenó de gozo el corazón de la viuda desconsolada con el poder de su palabra: “Joven, a ti te digo, levántate”. Y con la bondad que caracteriza a Dios devolvió el hijo vivo a su madre.  Alabado seas Dios, uno y trino, que escogiste para nosotros las palabras que debían ser particularmente útiles para conducirnos a la vida eterna; palabras que expresan verdadero amor. Dios no

27 de septiembre de 2022   Amado Padre: Así como en la música se aprecian sonidos, silencios y acordes, a la vida la tejen lágrimas, risas y acciones. Nada se debe omitir para no perder la belleza de la melodía. No debemos sorprendernos cuando el dolor nos visita para darnos consejos y lecciones. “Conozco, oh, Señor, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Sea ahora tu misericordia para consolarme”. (Salmo 119:75-76)  A la acción debe acompañar la reflexión para no extrañarnos por los altibajos de la vida. Pero la buena reflexión sólo se logra cuando detenemos la marcha y tomamos un momento de descanso para dialogar con Dios. Entremos en su trono y descansemos en su presencia. Escuchemos la voz de nuestro Salvador: “Venid vosotros… y descansad un poco”. (Marcos 6:31). A veces, la vida parece detenerse para nosotros y sufrimos a causa de enfermedades, accidentes, pérdidas, fracasos, traiciones y remordimientos.  Pero también debemos mirar estas circ

26 de septiembre de 2022 Señor y Padre: Hoy es un día maravilloso porque veo el sol brillar y el aire que llega a mis pulmones es limpio. Me das la oportunidad, y te la agradezco, de reconocer y aceptar la condición humana, sus limitaciones, dificultades y miserias. A veces me pregunto: ¿Cómo me puede entender Dios? ¿A caso Él ha pasado por las dificultades que estoy pasando? “ Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.  Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”.  ( Hebreos 4:15-16)   Tú no eres un Dios lejano e inalcanzable, sino un Dios que compartes con sus hijos. Jesucristo, Aquel en quien “Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal” (Colosenses 2:9) ha pasado por todos estos problemas y desde que nació tuvo que padecer

    25 de septiembre de 2022   Señor y Dios nuestro: Protégenos en este nuevo día que nos concedes para admirar las maravillas de tu obra. Aleja de nosotros la tentación de querer saber el futuro. Que no caigamos en el engaño de creer en adivinos, videntes, médiums que resuelven los problemas con sortilegios y brebajes. Somos conscientes que Tú rechazas estas prácticas. “No sea hallado en ti… ni encantador, ni adivino ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas… mas a ti no te ha permitido esto el Señor tu Dios. (Deuteronomio 18:10-14). Concédenos un día lleno de paz y que nuestra casa sea un lugar de bendición para los que en ella habitamos. Te pedimos por las personas que sufren injusticias sociales y por todos aquellos que murieron inocentemente a manos de fanáticos violentos, por las personas que duermen en las calles y por todos nosotros los que salimos con alegría a disfrutar en familia. Te suplicamos

  24 de septiembre de 2022 Señor Jesús:   Perdona mi falta de fe. Viniste a este mundo para traernos la gracia y la verdad. Pero la gracia no puede existir sin la verdad. Por la Gracia Dios se encuentra con el hombre y entra en su vida y en su corazón. Y las exigencias de Dios para salvarnos son la Verdad. Son tu Evangelio. Tú que tienes una mirada limpia no juzgas mis equivocaciones. (Habacuc 1:13) Tú condenas el pecado, pero amas al pecador. Tú conciliaste la justicia y el amor con tu muerte en la cruz. “La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron”. (Salmo 85:10). Tú que eres la Verdad haces que reconozca mi pecado. Por eso te alabo y te llamo mi salvador. Gracias por tu vida. Gracias por tu amor. Gracias por este día de existencia que me concedes. Señor, hoy quiero suplicar que perdones mis errores. Concédeme la paz que prometiste a tus discípulos. No permitas que el rencor y el odio se impongan en mi corazón y ayúdame a perdonar a quienes m

  23 de septiembre de 2022 Padre celestial:   En este nuevo día medito las palabras del apóstol Pablo: "Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios." (Gálatas 4:4-7) El apóstol manifiesta que la ley, así sea la de Moisés, es inferior al Evangelio de Cristo. Quedarnos sometidos a la ley es someternos a la justicia humana que no siempre es justa, y, en algunos casos, quienes dictan esas normas lo hacen para su propio beneficio y nos conducen a esclavitud. No comprendemos el significado de la ley que dan los legisladores y que en lugar de llevar a los pueblos a la luz los conducen a las tinieblas con sus observan

  22 de septiembre de 2022 Padre celestial: Bajo esta lluvia ligera que acompaña, deseamos dialogar contigo. Perdona que, muchas veces, cuando sobrevienen problemas que no tienen solución inmediata o la enfermedad y la muerte nos visitan, solemos decir o escuchamos: “Sólo queda por hacer una oración”. Estas palabras expresan que acudimos a ti como último recurso. Hacemos de la oración una fórmula de superstición y no la oportunidad de acercarnos como hijos a nuestro Padre para que nos ayude a sortear las dificultades. La oración, tú lo dices, debe ser continua y con mucha fe. Debe ser una conversación sincera contigo. “Acerquémonos, pues, al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. (Hebreos 4:16).          Hoy, imitemos a Jesús en su manera de amar a Dios y comunicarse con Él. Antes de iniciar cualquier proyecto Cristo se comunicaba con el Padre. Dialogaba con Él. Que nuestra primera oración sea de gratitud. Que hoy nuestra alma

21 de septiembre de 2022   Señor:   En este nuevo día queremos seguir el consejo de tu apóstol: “Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros”. (Santiago 4:8). A tu altar llego para alabarte porque te reconozco como mi Señor. Por tu gran misericordia y el sacrificio de tu Hijo, Jesús, podemos confesar que somos hijos tuyos. Lo somos por tu amor, no por nuestros méritos. Escucha, Señor, la confesión humilde de nuestra condición de esclavos de la muerte. “Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchará”. (Salmo 77:1) Ten compasión de nosotros los que todos los días nos equivocamos y añorando el bien, hacemos el mal. Nuestra naturaleza proclive al mal nos domina. Señor Jesús, danos la fortaleza de tu Santo Espíritu para que podamos batallar contra nuestros egoísmos y vicios. Concédenos un día de gozo y bendiciones. Amén.  

20 de septiembre de 2022   Señor: “Afirma mi corazón para que tema tu nombre”. (Salmo 86:11). Concédeme Sabiduría para que pueda discernir y purificar mi corazón mediante la fe en Cristo. (Hechos 15:9). Que tu Santo Espíritu me asista en esta lucha diaria para que reconozca tu rostro en cada uno de tus hijos.  Dame un corazón nuevo para que pueda cumplir tu mandamiento: “Sed santos, dice, porque yo, vuestro Señor, soy santo”. (Lev 11,45) Pero que entienda que la santidad es fruto de las acciones bien intencionadas de un corazón de “nueva criatura”. (2 Corintios 5:17). Por eso el apóstol Pablo dice: “Procurad la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá a Dios”. (Hebreos 12,14)  Ayúdame a construir tu reino donde tendremos gozo pleno y saciaremos nuestra sed de justicia. Imploro hoy tu misericordia porque creo en tu palabra y sé que sólo ella me puede devolver la salud del alma y del cuerpo. Como David, te digo: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce

  19 de septiembre 2022 Señor:   Hoy medito sobre los alcances y realizaciones de la ciencia. Pero me doy cuenta de que sólo es útil para este mundo visible. “A las tinieblas ponen término y examinan todo a la perfección… ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? (Job 28: 3,20) En la dimensión moral y espiritual el avance ha sido lento. El ser humano se esfuerza por fraternizar y sólo consigue violencia. Cada día aumentan las migraciones. La miseria aumenta porque la avaricia de pocos cada día se hace mayor. No puede el ser humano alcanzar la felicidad sin acatar la revelación de Dios. Es necesario aceptar a Jesucristo, la única Verdad. Por eso Señor Jesús, te alabo y reconozco como mi salvador. Gracias por tu vida. Gracias por tu amor. Señor, hoy quiero suplicar especial protección para mi familia. Gracias porque hoy puedo decir como el salmista: “Maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”. (Salmo 139:14).

  18 de septiembre 2022 Señor:   A ti venimos, iluminados por la aurora.   Reconozco que hay un solo mediador entre Dios y la humanidad: Jesucristo. Tú Hijo se entregó voluntariamente a la muerte y “se dio a sí mismo en rescate por todos”.   (1 Timoteo 2:5-6). Así reconcilió al pecador con el Dios Santo y Justo. Creo que tu Hijo se encarnó en el vientre de una mujer santa, María. Compartió la vida como nosotros y nos dio ejemplo para que hiciéramos lo mismo para llegar a la vida eterna. Se presentó ante el Padre como la víctima para sufrir en nuestro lugar el juicio que merecíamos como culpables. Mediante la muerte en la cruz satisfizo las exigencias de Dios. El único Santo y Justo entregó su vida y demostró que nos ama en verdad. Por su obra de amor y redención Dios lo resucitó y “exalto hasta lo sumo”. (Filipenses 2:9)         , En este nuevo amanecer, confiados en la Palabra de tu Hijo, te presentamos el gozo de nuestros corazones al sentirnos llenos de tu vida. Perdona nuestr

  17 de septiembre de 2022   Padre Celestial:   Sé que “No hay más que un solo Dios justo y salvador”. (Isaías 45:21), También sé que la justicia exige el castigo del culpable. Reconozco que soy pecador y culpable. Estoy perdido. Pero creo en tu misericordia. Sólo Tú por tu gran amor puedes perdonar mis equivocaciones y darme la vida eterna a través de la muerte de tu Hijo. (1 Timoteo 2:5-6) Gracias te doy por enviar a tu Hijo a salvarme y darme la oportunidad de seguirlo. Gracias te doy por esta oportunidad que nos brindas al dejarnos ver la luz de un nuevo día. Derrama sobre nosotros tu lluvia de bendiciones. Cúbrenos con la sangre de tu amado Hijo. Colma nuestros corazones con la gracia de tu Santo Espíritu y libera nuestras vidas de tristezas, angustias y enfermedades, para que vivamos este nuevo día con esperanza y alegría. Que el sol de tu misericordia ilumine nuestros caminos y nuestras familias se mantengan sanas y unidas bajo el manto de tu amor. Amén.  

16 de septiembre de 2022   Amado Padre: Gracias te doy por este bello milagro del amanecer. Pablo nos escribe: “ Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. ( Efesios 6:18). “ Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:15,26,27 ). Conscientes de que podemos acudir a Ti, Padre, te suplicamos que vuelvas tu mirada bondadosa sobre nuestros hijos, protégelos de todo mal. Envía sobre sus padres a tu Espíritu Santo para que sepan dirigir el hogar con amor y firmeza y enseñen la senda de la felicidad plena que reside en ti. Aparta de nosotros la indiferencia que nos hace como piedras frente al dolor del prójimo y ayúdanos a comprender que el amor es la única medicina para salvar al mundo que, muy enfermo, se debate entre el egoísmo y la corrupción. E

  15 de septiembre de 2022   Señor:   Concédeme tu amor para evitar hacer el mal y practicar la justicia. Sólo viviendo el amor el ser humano puede hacer suya la promesa que dice el salmo: “Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos” (Sal 24,10).   Acepta, Señor, mi fe vacilante. No dejes que me vuelva atrás cuando los demás me critiquen por creer en ti. Guíame y aliméntame con tu Palabra. Cuando lleguen los momentos de crisis y dificultades dame más fe. Que no me falte la luz y la fuerza de tu Espíritu Santo. Con Simón Pedro te confeso: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; yo creo y sé que tú eres el Santo de Dios, mi Salvador». (Juan 6:60-69).   Hoy te suplico que tengas compasión de las personas que necesitan un trabajo, que sufren las inclemencias del invierno, niños que suplican una gota de verdadero amor, enemigos que no conocen el valor del perdón. Señor, dame sabiduría para hacer tu s

  14 de septiembre de 2022 Amado Señor Jesús:   En tus manos pongo este día que tu amor me ofrece. Ilumina con la luz de tu Palabra mi camino. Tú enviaste a tus discípulos al otro lado del lago Genesaret. En medio de la noche de tormenta remaron con mucho esfuerzo. Las olas se empecinaron en hundir la barca, pero Tú fuiste hacia ellos caminando sobre el agua. Ellos se asustaron, pero tu voz los calmó. “¡Tened ánimo; ¡Yo soy, no temáis!”. Pedro, al verte se llenó de confianza y quiso ir hacia ti. Tú le dijiste: “Ven”.  Entonces comenzó a caminar sobre el agua, pero su fe se fue desvaneciendo a medida que avanzaba hacia ti. En lugar de mirar hacia ti, sus ojos se abrieron espantados para mirar el viento y la furia de las olas. Cuando se hundía, clamó a Ti y le tendiste la mano y le increpaste: “¡Hombre de poca fe!  ¿Por qué dudaste?”  (Mateo 14). Perdóname, Señor Jesús, porque en los momentos de angustia, de temor, de persecución, de tempestad, yo actúo igual que Pedro. Siento mi

  12 de septiembre de 2022 Padre Celestial: En esta nueva oportunidad que me brindas deseo darte gracias porque puedo apoyarme en ti en todo momento y recibir la fuerza de tu Santo Espíritu para seguir adelante. Gracias porque Tú eres mi Padre amoroso (Mateo 7:11). Tú me provees en cada necesidad. (Mateo 6:31-33). Tú me invitas a abrir mi corazón sin temores y a presentar mis peticiones. (Filipenses 4:6). Tú me escuchas y respondes a mis plegarias. (1 Juan 5:14-15).    Padre, tomo tu mano en este momento y confío en que me sostendrás y obrarás a mi favor hoy y durante el resto de mi vida. Señor, parece imposible que puedas deleitarte en mí. ¡Son tantos mis defectos y vicios! Gracias porque Tú me amas y perdonas mis debilidades. Tú me das la fuerza y el poder para vencerme. El ejemplo de Jesús, tu Hijo y salvador, me anima. Ayúdame a enfocarme en cumplir tu santa voluntad en este día. Amén.  

  11 de septiembre de 2022   Señor: A veces no entiendo lo que ocurre en mi vida. Me desconciertan los hechos que me causan dolor, Tú eres un Dios de amor y de ti espero misericordia. Pero sin comprender, porque creo en ti, pongo mi futuro en tus manos. Pero perdóname, Señor, porque muchas veces expreso mi dolor con gritos. Son gritos de miedo, de impotencia, de ira, de sufrimiento, pero debo reconocer que a veces también grito de alegría. Tus palabras y promesas se cumplen en mí. Señor, no temo lo que tenga que enfrentar hoy. Como a Bartimeo (Marcos 10) sé que muchos desean callarme, me dicen que soy un iluso al creer en ti. Pero en lo profundo de mi corazón siento que, si estoy perdido, enfermo y sin recursos, grito: “Oh, Dios, ven en mi auxilio”.  Tú siempre respondes a mi grito de fe. (Isaías 38:20). Sé que en cualquier circunstancia de mi vida puedo clamar a ti: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. (Jeremías 33:3).

  10 de septiembre de 2022   Amado Padre:   Todos los días trabajamos, pero son muchos los que estiman en más su posición que el sentido de lo que hacen. Jesús, tu Hijo, vio a Leví, sentado en el banco de los tributos públicos.   Trabajaba para los romanos y como funcionario público de ellos lo consideraban una especie de traidor. Sin embargo, el Maestro le dijo: “Sígueme”. Su clase social no le importó, mucho menos lo que la gente pudiera pensar y decir de su persona. La voz de Jesús resonó como un imperativo necesario para curar su vida sin sentido y quiso obedecer. “Y levantándose, le siguió”. (Marcos 2, 14). Mateo, como lo llama Jesús y los demás apóstoles, era un hombre instruido. Un excelente cronista que nos dejó su testimonio en el primer Evangelio. Él se reconoce pecador y siente la necesidad de la gracia del Salvador. Invita a otros pecadores a su casa y comparte ese día de bendición con otros que requieren del Señor. No se justifica, por el contrario, reconoce que su t

9 de septiembre de 2022   Amado Dios: Te invoco porque Tú eres mi padre. Me conocías incluso antes de que fuese concebido. (Jeremías 1:5). Me creaste a tu imagen y semejanza. (Génesis 1:27) Me diste un futuro y una esperanza.   (Jeremías 29:11). Me llamas hijo. (1 Juan 3:1). Eres el Padre que me consuela (2 Corintios 1:3-4) Por eso imploro tu perdón en este nuevo amanecer.  Eres el pastor que me abraza y me cuida. (Isaías 40:11). Sabes todo sobre mí, desde mis más pequeños gestos hasta lo que hay en lo más profundo de mi corazón. Sabes lo que voy a decir antes de que abra mi boca. (Salmo 139:1-4).   Me amas tanto que diste a tu Hijo amado para que crea en Él y no perezca, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16), Te acepto en este amanecer. Dios misericordioso, dame tu Santo Espíritu y permite que en las obras que haga te refleje. Mirad que amor tan grande me ha dado que me llama Hijo de Dios. (1 Juan 3:1).  Dame, hoy, el gozo de tu gracia y cobíjame bajo la sombra del árbol d

8  de septiembre de 2022 Padre Celestial:   En este nuevo día llena nuestro corazón de alegría y esperanza. Danos fortaleza, paz y fe para vivir con la certeza de que todo saldrá mejor que ayer y que, con tu ayuda, venceremos cualquier dificultad. Tú nos enviaste a tu Hijo, la Palabra hecha carne. Tú Hijo nos envió el Espíritu Santo. Muriendo en la cruz, Jesús nos dio Vida eterna. Pero sólo hay una manera de llegar a la Vida eterna: creer en tu Hijo. Él nos enseñó que debemos servir para ser grandes. Es difícil entender que, a las expectativas humanas, como las que tenían los judíos de su tiempo, de un Mesías y Rey poderoso, Jesús nos revela la gloria de Dios en las debilidades e impotencias humanas. Es lógico que este proceder, manera de amar de Dios, nos asombre y decepcione. Estamos enseñados a lo fastuoso y a los privilegios del poder. Muchos que te seguían cuando vieron que exigías el sacrificio y la abnegación se marcharon. Hoy pasa lo mismo. Sacrificarnos por otro no es re

  7 de septiembre de 2022 Padre celestial: En esta mañana fría te suplico que perdones a quienes te rechazan. “Creo únicamente en lo que veo”. Concédeles tu perdón y que conozcan tu amor incondicional.  Que todos tus hijos abandonemos la rebeldía y digamos: “Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar, no vacilaré” (Sal 61,2-3). A decir verdad, Señor y Padre nuestro son palabras sin sentido aquellas de que no te vemos. ¿Por qué no te aceptamos como si lo hacemos con personas que no hemos visto como por ejemplo Julio César, Alejandro El Grande o Napoleón Bonaparte? ¿Por qué creemos a los historiadores y te rechazamos: “Los cielos cuentan la gloria de Dios”? (Salmo 19:1). ¿Por qué rechazamos el testimonio de tu Hijo amado? “Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios”. (1 Juan 5:9) También la historia y los discípulos dan testimonio de su existencia y de su paso por este mundo que no qui

  6 de septiembre de 2022 Gracias, oh, Padre, por el milagro del amanecer. Gracias por la salud. A veces sólo la apreciamos cuando en la veloz carrera de tantas actividades y compromisos la enfermedad nos detiene para que el dolor nos dé sus lecciones. Recuerdo que cuando una de las acciones médicas tenía éxito, Ambrose Paré, gran cirujano de la corte de Francia en el siglo XVI, decía al entregar el paciente a sus familiares: “Yo sólo lo curé, pero fue Dios quien lo restableció”. Paracelso, contemporáneo de él, también decía: “Los incrédulos llaman a los hombres para que vengan a socorrerlos, pero los cristianos llaman a Dios, y él les envía a alguien que les devuelve la salud, ya sea un médico o Él mismo”. Cuando nos enfermemos agradezcamos a los médicos sus esfuerzos, pero agradezcamos a Dios la nueva oportunidad que nos brinda. Nuestras vidas están en sus manos; Él tiene poder para dar la vida o quitarla. (1 Samuel 2: 6). En la Biblia se lee que cuando el rey Ezequías cayó enfer

  5 de septiembre de 2022 Amado Dios: Hoy, como todos los días, antes de que el sol salga a pasear en su carro de fuego, me encuentro frente a Ti para alabarte y darte gracias por las bendiciones que proporcionas a mi familia y a mi vida. Pongo bajo tus manos cuanto haga y anhele. Yo confío en ti será la oración breve que me acompañe en este día. Sé que recibiré de tu mano cuanto necesito para cumplir mis propósitos. Acudo a ti para recibir la dirección de tu Santo Espíritu. Dame la fortaleza para continuar en el camino que me señalaste. Gracias Señor por la hermosa familia que me diste. Gracias por los alimentos que nos ofreces. Gracias por el techo que nos cobija. Gracias por el trabajo del que derivamos nuestro sustento. Gracias por cada día que he vivido y porque puedo sentir que en todos los instantes Tú me acompañas y susurras a mi oído palabras de sabiduría para guiar mis pasos y alejarme de los peligros de este mundo violento que no reconoce tu amor. Ten misericordia de

4 de septiembre de 2022 Señor Jesús: Deseo, en este amanecer, dialogar contigo para que me instruyas y bendigas mis acciones. Tú, Hijo de Dios, recurrías a la oración. Al orar te comunicabas con tu Padre para sostenerte en pie y sin vacilar, emprender el día. La oración concede serenidad y confianza. Serenidad porque la presencia de Dios llena de paz el alma. Confianza porque al orar el poder de su amor se puede respirar. (Isaías 30:15). Abrumado por el trabajo y las preocupaciones olvido que Tú eres mi Señor. Perdona mi actitud arrogante al apartarme de ti para concentrarme sólo en producir. Pero Dios le dijo: 'Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?' (Lucas 12:20). Al meditar tu palabra comprendo que el ideal del discípulo que sigue a Jesús es vivir liberado de la ambición presente. Es difícil administrar los bienes sin dejarme esclavizar por los encantos que el dinero proporciona. Ayúdame a vivir con los ojos puestos en