Quipile resucita la música tradicional colombiana.


Efraín Gutiérrez Zambrano



Llegar a Girardot, a su parque principal, el de Bolívar, fue esta mañana un encuentro con la vida y la muerte en la misma esquina, la nororiental de la carrera 12 con la calle 18 donde esperaba poder pasar la calle. Primero apareció un carro fúnebre y a los pocos minutos un grupo de músicos donde los niños llamaban la atención con sus trajes típicos de campesinos cundinamarqueses. El féretro junto a sus dolientes ingresó a la catedral y el sacerdote inició la Eucaristía para despedir al fallecido.

Desde la esquina diagonal al Colegio de la Presentación la música de Colombia lanzó al aire sus arpegios para reclamar su derecho a la vida. Abel Antonio Villa resucitó ante la impasible mirada del Libertador que cerca presidía el espectáculo suspendido en el aire a tres metros de altura.  Gaitas y porros desfilaron de esquina en esquina hasta despertar el alma de la fiesta. Dos norteamericanas se sumaron a quienes atraparon los clarinetes y saxofones. Bajo los árboles los cholados hicieron una pausa y a una familia de chinos les fue imposible rechazar el contagio de la bella y tradicional música costeña. Sus rostros se transfiguraron y ahora los seguidores de la orquesta eran más

Al llegar a la tercera esquina ya sabía que estos niños pertenecían a la Banda Sinfónica de Quipile, municipio de Cundinamarca. José María Lozano y Lozano lo fundó en 1825 y Santa Ana, su patrona, desde  el cielo lo protege y bendice. Su alcalde actual Pedro Luis Aponte Castro, como cabeza del Cielo del Tequendama, le apostó a la música para escribir su carta de presentación. La Red de Música del municipio de Quipile es su mejor partitura. La Secretaria de Desarrollo Social es la responsabilidad de Lina Rodríguez, quien apoya el programa de Banda para Todos bajo la batuta del maestro Luis Felipe Duarte, cuyo propósito es rescatar la música tradicional colombiana y para cumplirlo llevan la música y talleres pedagógicos a los barrios y veredas del municipio. Sus músicos son los embajadores en los municipios que visitan y con su alegría invitan a ir hasta su terruño de cafetales y cañaduzales. 

Para cerrar la presentación se dirigieron los integrantes de la Banda Sinfónica de Quipile a la entrada de la Biblioteca del Banco de la República donde los miembros del Club de Lectura los recibieron con aplausos. Allí se inició el baile que quedará en la memoria de quienes regresaron a los tiempos donde la música de Colombia se imponía por su ritmo y armonía entre las mejores del mundo.

      

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