Oración del día
2 de noviembre de 2024 Padre celestial: Gracias por este nuevo amanecer y la salud que nos das a diario. Dijiste a Abraham: "Vete de tu tierra y de tu parentela" (Génesis 12:1). Así lo llamaste cuando vivía en un país poderoso y organizado. Pero en ese país no se conocía a Dios y la gente adoraba a los ídolos. Abraham escuchó e hizo lo que Tú le indicabas. No dudó en cumplir tu orden y recogió sus pocas posesiones y se dispuso a salir. A ese imperativo divino acompañaba una promesa: "Haré de ti una nación grande" (Génesis 12:2). Sin tardar Abraham obedeció. ¡Esa es la fe; es creer a Dios! Abraham "salió sin saber a dónde iba" (Hebreos 11:8). Se marchó aferrándose únicamente a la promesa de Dios. En cada bifurcación del camino tenía que esperar en Dios, quien le había dicho que le mostraría el camino a seguir. Recibir lo que Dios dijo, es decir, lo que reveló, y actuar en consecuencia, así es como debe actuar quien acepta a Dios en su corazón. Dio...