Primero los ejemplos.
Efraín Gutiérrez Zambrano
"Largo es el
camino de la enseñanza por medio de teorías;
breve y
eficaz por medio de ejemplos". Séneca, filósofo
latino.
Una tercera estrategia metodológica para motivar y mejorar el aprendizaje es
por medio de ejemplos y demostraciones de cómo se deben hacer las cosas. La educación,
y en particular la pedagogía, han evolucionado de forma acelerada en las últimas
décadas. La didáctica tradicional, que se fundamenta en la figura del profesor que
dicta y los alumnos que toman apuntes puede
ser todavía útil en algunas ocasiones, sin embargo, hoy la educación se
encamina hacia las técnicas para estimular al alumno y despertar su
curiosidad y ganas de aprender.
El problema con el cual tropiezan muchos estudiantes es que hallan
demasiadas personas en el aula o el colegio que dedican su tiempo y vida a mostrar
un mundo ideal mediante discursos, pero no explican y demuestran mediante sus
propias vivencias cómo construir un mundo más humano, justo y
equilibrado. Un exceso de sermones y exhortaciones no conduce a la acción, sino
a complejos de inferioridad y culpas sin sentido.
El ejemplo produce una lección que en cualquier tiempo e idioma puede
leerse y comprenderse. Un análisis de la realidad enseña que niños y jóvenes esperan
que sus mayores sepan señalarles los caminos que llevan a la felicidad, pero muchos
terminan defraudados ante las maneras de actuar de sus padres y maestros. “Dar ejemplo
no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”, afirmó
Albert Einstein.
A la hora de
aprender algunas materias como matemáticas y ciencias, el ejemplo favorece en
los estudiantes la clarificación de los conceptos. El uso de esta
metodología por parte de educadores y padres en la actualidad no es homogéneo.
Existe cierta resistencia a recurrir a los ejemplos y lo que es peor, a
renunciar a ciertos comportamientos y vicios, en aras de mejorar la vida futura
y el aprendizaje de alumnos e hijos. Fumadores, adictos y malos lectores han
encontrado en sus mayores los modelos a imitar.
Pero la imitación no es suficiente para desarrollar la
inteligencia y el aprendizaje. También se debe despertar la curiosidad
como motor importante del aprendizaje. No tiene sentido que los estudiantes memoricen
un texto si a la semana siguiente ya lo olvidan. Una educación efectiva deja
que los alumnos exploren lo que más les llama la atención y aprendan sobre ese
aspecto de manera activa. Ejemplo y autoaprendizaje son más efectivos que
tediosas y largas explicaciones. Ya en los tiempos clásicos, Demócrito, el filósofo
griego, conocía estas herramientas metodológicas y así lo hizo saber a la
posteridad: "Todo está perdido cuando los
malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa".
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