El ser humano pierde valor.


3.   El ser humano pierde valor.            
   
La persona es la razón de ser de la educación y sin ella la reflexión pedagógica carece de sentido. Y como la falta de sentido se ha extendido como una de las mayores plagas que azotan a la sociedad actual poco se repara en ella porque se ha vuelto común que no se reflexione sobre lo que se hace sino que se viva el momento con celeridad. Los tiempos actuales elogian el vértigo, el deporte extremo y las pruebas mortales donde la persona se esfuerza en producir adrenalina, pero no ideas que le den razones para vivir en armonía con la naturaleza, consigo mismo y con los demás. "Vivimos en una época de sentimiento donde la falta de sentido se difunde rápidamente. Y en nuestra época, la educación debería ocuparse no solamente de transmitir conocimientos, sino también de refinar la conciencia para que el hombre sea capaz de escuchar en cada situación la exigencia que contiene." (Frankl Viktor E., "La Voluntad de Sentido", Ed. Herder, Barcelona 1991, pág 31)

Por eso tampoco sorprenden a las autoridades y a la sociedad tanto suicidio, actos vandálicos y violencia premeditada entre los jóvenes porque no hay consciencia de que sin sentido la existencia humana es un fardo que cae en el abismo de la nada. Como no se entrena a la niñez y a la juventud para que desarrollen la fuerza del deber, la responsabilidad y el compromiso escasean y sin ellos el amor resulta un juego divertido para las parejas que se enamoran y desenamoran con la facilidad con que hoy se enciende y se prende un bombillo. Como consecuencia de estas nuevas costumbres la familia está a punto de desaparecer y los hijos, como veletas, son arrastrados por los vicios que cada día se multiplican geométricamente. Niñez y juventud crecen sin la influencia del buen ejemplo y sin la protección de sus padres unidos por la magia del amor. Instituciones para defender la unidad familiar y la infancia se han especializado en la escisión de la pareja y la infelicidad de la prole. Como se desconoce el poder de la paciencia y la belleza de la tolerancia el consejo más a la mano es el divorcio y la medida cautelar más apropiada es entregar a los hijos a los orfanatos y correccionales estatales donde el frío de la ley se impone sobre el afecto necesario para crecer.

Ante esta realidad donde la familia es un nido sin calor de hogar el ser humano de hoy pierde los  valores humanos tan  necesarios para el espíritu como las proteínas y vitaminas lo son para el cuerpo. Paralelo a este deterioro familiar, el incremento del capital, que estimulan los monopolios y los avaros dueños de él, atenta contra la célula social con horarios inhumanos, contratos sin prestaciones sociales y por períodos de tiempo que ni siquiera llegan al año y  hacen del trabajo no un derecho humano sino una manera legal de explotación ante la cual los políticos dan su aprobación con leyes que benefician a los poderosos y desconocen a los humildes.

Hoy más que nunca, la institución educativa debe asumir el reto de enseñar con entereza y coherencia que la vida humana es digna y el ser humano está llamado a la grandeza.

Hoy más que nunca la escuela tiene el deber de enseñar a superar los vacíos de sentido que se presentan como grandes obstáculos a la niñez y juventud que no atinan a descubrir su papel en el mundo y hacer de la existencia humana una oportunidad para servir sin egoísmos y descubrir el encanto de la amabilidad.

Hoy más que nunca los educadores deben asumir el compromiso de    educar para que sus estudiantes desarrollen la entereza del carácter y comprendan la satisfacción del trabajo honrado que implica para el trabajador dar lo mejor de sí mismo y para el empresario el pago de un salario digno y generoso.

Se hace necesario, en consecuencia, desarrollar en las instituciones educativas programas transversales que faciliten la vivencia de valores humanos, actitudes de compromiso ejemplar y presenten a la niñez y a la juventud los ideales que transformen el fracaso en éxito, el sufrimiento en alegría, el dolor en solidaridad, el aislamiento en amistad y posibiliten el desarrollo de todas las dimensiones humanas que refleje una verdadera educación integral de la más alta calidad. Porque si la sociedad anda mal es porque la escuela tal vez cojea y no se ha dado cuenta.


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