26 de mayo de 2025
Padre celestial y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, las obras de tus manos llenan mis ojos de belleza. Gracias te doy por el don de la fe. Tus bendiciones me demuestran tu presencia en la vida de los que amo y me aman.
Todo lo hiciste perfecto
y maravilloso es el mundo que creaste. Para coronar tu obra creaste al ser
humano para que lo admirara y alabara tu nombre. En cada amanecer renuevas mi
vida y me invitas a salir al encuentro del amor que tu Hijo nos legó.
Gracias por haber hecho
de la cruz el árbol de la vida eterna. Gracias por haber hecho del dolor el
bálsamo de purificación para quien lo acepta de buena voluntad como tu Hijo lo
aceptó en Getsemaní. Gracias por este nuevo día y por la bendición para mi
familia. Permite que en este día imite a tu Hijo y si el dolor me sale al paso,
tu misericordia sea superior para que sea digno de recibir tu Santo Espíritu.
Amén.

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