Oración del día
9 de abril de 2025 Padre celestial: Deseo saludarte como hace muchos siglos el Salmista te saludó. Uno mi voz a él, pues comparto similares sentimientos. "Escúchame, Señor, y respóndeme, pues soy pobre y desamparado; si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu servidor que en ti confía. Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor, que a ti clamo todo el día. Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi alma. Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con los que te invocan." (Salmo 86: 1 -5 ) La enfermedad, a veces, nos agobia. Es parte de las pruebas y de las vivencias que sufrimos como consecuencia de los excesos; el error como los desequilibrios del cuerpo trae sus consecuencias. Las pasiones desmedidas conducen a los excesos y con ellos llegan los dolores y las carencias que producen en nosotros gérmenes malsanos, por desgracia y sin pensarlo, estos males se vuelven permanentes y en algunas ocasiones especiales, here...