DULCE ESPERA

Felisa Sanz de Moreno

Te esperaba en la orilla de los siglos inmóvil,
sin prisa ni medida de tiempo ni distancia,
Te esperaba en el verso, leyendo a mi tristeza,
Y en mis brazos abiertos resbaló la mañana.
Te esperaba sumando encuentros por sorpresa.
Te esperaba en la orilla del silencio sentada
y vi que por el Orbe ibas tú peregrino
y entre todas las voces mis ojos te escuchaban,
La espera de milenios navegó por mis brazos
Y sentí la caricia de tu luz en mi cara.
Tus ojos me leyeron el verso que no escribes
Que de labios adentro se hizo toda palabra,
y sentí que la fuente de la vida tenía
un ruido soñoliento de amor entre sus aguas,
Y mis pies se mojaron en la prisa y la angustia
que pesan en la "carne" al hombre de mi tiempo,
y vi llegar tu risa a mi abrazo cansada.
Y me dolió en la mente tu ancestral lejanía;
Y me dolió el trabajo que suda tus espaldas.
Y me dolió en la frente el número y la firma
Y mis ojos se hicieron amor en la distancia.
Y me dolió en los hombros tu amorosa pupila
Que sabe de memoria mis contornos del alma.
Nadando entre los días de tu tiempo y el mío
Tropecé en tu latido y acelero la "gracia"
Que vino hasta mis labios para besar la orilla
En que tu amor y el mío convergen sin palabras.
Tu abrazo se hizo nube que mojo mi cintura
Y el beso se hizo lluvia de amor en tu pisada.
Y se quedo en el aire distendido el futuro...
Y mi voz se perdía entre tu amor ahogada

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