¿Es una generación perdida la que estamos viendo?



Muchos educadores, y algunos son colegas cercanos a mí, se quejan de la generación que nació junto con el siglo. Dicen que no tienen una visión halagadora de la vida y tampoco un concepto claro de la felicidad. Son de aquellas personas que no les enseñaron las lecciones del dolor, pero sí los acostumbraron a la inmediatez, a la existencia fundamentada en los placeres que proporcionan las cosas, a conseguir posesiones sin esfuerzo y a escalar pasando por encima de los derechos de otros seres humanos. Palabras como autonomía, responsabilidad, respeto, solidaridad no se hallan en sus diccionarios.
Son una generación más apegada a lo virtual que a lo real. Jóvenes que consideran que la tecnología es una panacea como característica mayor de una era de comunicación instantánea. iPhones, iPads, mensajes instantáneos, video juegos y un acceso inmediato a información y conocimientos que están en internet y para dominarlos basta la punta de los dedos. Obtienen notas en el colegio que satisfacen los mínimos requeridos y son usualmente, desconocidas para los padres y madres. Cuando el profesor analiza las respuestas de una prueba puede constatar que es fiel copia de su original en la Web. Viven el frío de sus propias celdas y pasan días y noches entre amigos en Facebook y Twitter pero carecen del sentido de la amistad real. Cuando salen de sus claustros de pantallas sus reuniones ocupan las noticias debido a los excesos de alcohol, drogas y sexo.
Psicólogos y psiquiatras nos alarman con sus números, cada día en aumento, de embarazos prematuros, depresión clínica, suicidios, dizque porque perdieron el año, el novio o la novia los dejó, los miraron mal o les dijeron que estaban obesos y de inmediato no hallan razones para vivir.
Los profesores, por su parte, dicen que tienen bajos niveles de atención y no conocen la motivación que dan los ideales y sueños sino las alegrías efímeras que proporciona la materialidad de la industria y el consumo. En sus entornos no se les prepara para asumir retos y entender que el conocimiento es un regalo que los seres humanos han encontrado porque con sacrificio lo han buscado. Si alguien lo duda revisen las biografías, a manera de ejemplo, de Sócrates, Jesucristo, Galileo, Darwin y Einstein.
Diversas pueden ser las causas de estas conductas juveniles pero tenemos que aceptar que la configuración de la familia es una muy importante. Los adolescentes han crecido sin el acompañamiento de sus progenitores y sin ejemplos de vida feliz a seguir. Lo que está de moda es el divorcio y no el amor entre esposos.
En el caso de que los acompañen la sobreprotección reemplaza a la ausencia y los hijos e hijas no aprenden ni aprenderán a ser independientes con autonomía y autónomos con responsabilidad. Los padres y madres no son explícitos y afirmar, para que ellos lo comprendan, que hay más satisfacción en la lucha por adquirir el triunfo que en la obtención sin esfuerzos. hay que decir a hijos e hijas que sueñen pero que luchen por alcanzar esos sueños. Que es necesario sembrar pequeñas semillas y tener paciencia para que crezca y se convierta en un árbol de follaje exuberante. Que no siempre las cosas salen como las esperamos y tampoco somos moneditas de oro para que todos nos reciban sonrientes. Que los problemas entre seres humanos se deben resolver mediante diálogo sincero y no con amenazas y agresiones. Hay que enseñarles, no con discursos sino con ejemplos, que hay palabras tiernas y que son más efectivas para comunicarnos que las soeces.
También es de suma importancia recordarles que son ellos los que deben descubrir sus talentos y desarrollarlos para que sean útiles a sí mismos y a sociedad que los acogió.
Además, no sobra repetirles que la felicidad es un estado al que se llega mediante la satisfacción del trabajo honrado y la magia del amor que conduce a la solidaridad colectiva.
Y para finalizar es conveniente tener presente y decirles que el error es un excelente maestro con quien a diario nos encontramos, pero no da su lección de sabiduría sino a aquellos que lo aceptan y lo corrigen en el menor tiempo posible.

Efraín Gutiérrez Zambrano
efraguza@gmail.com.

Comentarios

  1. En este texto se pretende expresar una opinión acerca del comportamiento de la juventud en la actualidad, hablando de ese comportamiento "conformista" y "mediocre" del cual el autor dice que ha evidenciado esta generación.
    Desde mi perspectiva, este texto opina de manera superficial y subjetiva, generalizando a la juventud de esa manera sin tener en cuenta objeciones como la de muchos jóvenes los cuales valoran la educación que se les está dando y se esfuerzan para lograr sus metas.
    No obstante, a pesar de eso, yo opino que el texto cumple con la expectativa al cumplir su objetivo, el cual es generar conciencia tanto a los jóvenes que no están actuando correctamente como a los padres de familia (que inicialmente son los que edifican a sus hijos en primera instancia), a que cambien su manera de ver las cosas para así, la generación del mañana pueda ser una generación íntegra y que tenga la capacidad de continuar con la labor de generar un mundo mejor.

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