Del tedio al bienestar
Todos desarrollamos ciertos hábitos que impiden que los mejores talentos
comiencen a brillar para admiración de los demás y para orgullo propio. Así la rutina
se impone y el pesimismo se convierte en montaña que dificulta ver el horizonte
al cual deseamos llegar. Realizar acciones que fortalecen los errores propios y
no reconocerlos a tiempo conduce al fracaso y al sinsentido e impide lograr lo
que se sueña con vehemencia. Cambiar la manera de pensar y actuar conforme al sentido
común es mejor que seguir emparejado con la terquedad y todos los días hacer lo
mismo sin obtener un resultado que satisfaga.
Si realmente se desea tener una vida plena es indispensable innovar y
comenzar a probar algo radicalmente diferente, pero
que agrade realizar o poseer.
En lugar de resistir la corriente adversa del presente es mejor buscar
una mejor relación consigo mismo y con los demás, pues, son los pensamientos
negativos los que se oponen a la felicidad a la cual todos los seres humanos fuimos
llamados.
Es de ilusos esperar que alguien venga a salvarnos o que suceda un
milagro si no se cambian los pensamientos que entristecen y
causan tedio. Aceptar que estamos equivocados con esa rutina de
actos es un buen comienzo para que florezca lo maravilloso en nuestras vidas.
En lugar de odiarnos o tener comportamientos de poco amor hacia nosotros
mismos y, lo peor, envidiar la suerte de otros es renunciar a sonreírle a la existencia
y agradecer a Dios por ella. Debemos aprender a amarnos para poder amar a los demás.
Detengamos la lucha inútil que libramos con nuestras percepciones equivocadas y
comencemos a avanzar hacia verdaderos amaneceres donde brille el sol y respiremos
aire limpio.
Si lo que deseamos es tener un cuerpo diferente, salir a trotar es mejor
que pararnos en una esquina a mirar a los que madrugan a disfrutar la brisa de
la mañana, Si lo que se quiere es más dinero, desarrollar ideas creativas es
una estrategia que llevará al reconocimiento del talento y la diversidad de lo
que ofrecemos a los interesados en lo que producimos o proponemos si se trata
de un servicio.
Eliminemos la resistencia, la lucha interna inútil y
constante que no permite que avancemos hacia mejores días. Comencemos a aceptarnos como somos y a reconocer lo valioso de
nuestro potencial de ideas. Disfrutemos la experiencia de vivir cada
momento plenamente con la firme convicción de que Dios y la vida premian el esfuerzo
y la pasión por lo que hacemos.
Del libro Reflexiones que cambiarán su vida de Efraín Gutiérrez Zambrano
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