Prologo del libro Mensajero del amor

 


Antología de frases

El amor mueve el universo desde que se inició y se acabará el universo, pero seguirá existiendo el amor. El amor ilumina la vida y da sentido a las acciones y pensamientos de los seres humanos.

El amor nada deja al azar y por eso el corazón palpita en silencio sometido a su ley eterna de servir. El amor, como la luz, se presenta en variadas formas y colores: maternal, filial, fraternal, carnal, pero sobre todo brilla el sacrificio por el ser amado. Sacrificio que es entrega voluntaria para mejorar al otro y llevarlo a estados de bienestar que sólo el amor posibilita.  

 

A menudo necesitamos una palabra o una frase para animar, reflexionar o regalar en un día especial. Ahora podrá escoger, el poseedor de este libro, entre varios centenares de frases que se hicieron célebres por las personas que las escribieron o pronunciaron motivados por las vivencias de amor.    

 Con las redes sociales se puso de moda intercambiar frases y sorprende expresar los sentimientos de manera bella. Leer, y por qué no, grabar en la mente una frase de amor resulta maravilloso cuando tenemos la certeza de amar y sabemos que el amor es inefable.

 Por eso escribí en Secretos de los Triunfadores (Cuarta edición) un intento de definición:   

  

AMOR

 

No preguntes, ¿ qué es el amor?

Tampoco exijas que alguien te lleve a

su morada.

Muchos fracasan al intentar definirlo.

Porque el amor no es un concepto.

Los poetas dicen que su lenguaje es poesía.

Los pintores afirman que del amor conocemos sólo sus destellos.

Los sabios lo reducen a máximas.

Mujeres y hombres lo buscan y terminan por dudar de su existencia.

 

El amor es invisible e inflama el corazón.

Es fuego que resplandece e ilumina

a ricos y pobres.

Es la fuerza que mueve el universo

y reside en el engranaje de las comisuras del alma.

 Nace en los parajes de la sinceridad;

crece bajo la lluvia de la comprensión;

se multiplica donde no lo marchitan la envidia ni el egoísmo;

y muere donde los hombres se preocupan más por recibir el efluvio de sus dones, que por amar de corazón, mediante el gozo de la entrega

sin condiciones.

 

Efraín Gutiérrez Zambrano

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