Oración del día
20 de septiembre de 2023
Tú creaste los diamantes. Piedras
preciosas cuyo tamaño, forma y clase los hace únicos y diferentes unos de
otros. Son valiosos, pero para llegar al esplendor que reflejan un diamantista
o artesano los ha sometido a duras fricciones, arduo trabajo para pulirlos y
tallarlos. Ese trabajo exige precisión, paciencia y perseverancia. El artesano
los examina a cada rato para observar si cumple con sus expectativas. El ángulo
de cada cara debe ser exacto para que la luz se refleje con asombrosa belleza.
Así, Señor, artesano divino, actúas con nosotros. Te vales de nuestras
circunstancias y problemas para cincelarnos y pulirnos, Deseas que seamos luz
para ti y para otros. A veces, ese tratamiento que recibimos duele mucho. “El
crisol para la plata, y la hornaza para el oro; pero el Señor prueba los
corazones”. (Proverbios 17:3). Tú nos diste la vida y deseas que seamos
perfectos y tengamos las virtudes de tu Hijo, Jesucristo. El es el modelo. Si
brillamos llenarás de gozo nuestros corazones y nos darás la vida eterna. “En lo cual vosotros os alegráis, aunque
ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas”. (1 Pedro 1:6). Hoy te
pido, en el nombre de tu Hijo amado, que me ayudes a cumplir tu voluntad y que mi conducta sea guía de los
ciegos, luz de los que están en tinieblas”. (Romanos 2:19,20). Amén.
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