Oración del día
3 de diciembre de 2025
Señor Jesús:
Reconozco en este amanecer que soy débil. Necesito de ti
para vencer la tentación. Instrúyeme a través de tu Palabra. Dime qué senda
tomar en este mundo que me confunde con sus brillos y estridencias. No hago el bien que quiero, sino el mal que
no quiero, eso hago. (Romanos 7:19)
Velad y orad, para
que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil. (Mateo 26:41) Resistid al diablo, y huirá de vosotros. (Santiago
4:7).
Desde mi nacimiento estoy inclinado al mal. La espiral del
error me envuelve como un tornado.: "Cada uno es tentado, cuando de su
propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da
a luz la muerte" (cap. 1:14-15). Tengo buenas intenciones, y aun así
sucumbo. Mi voluntad falla para tomar una firme determinación. Es tu fuerza la
que nos permite resistir a la tentación.
Pedro, tu discípulo y apóstol, tenía la buena
intención de permanecer fiel a Ti, Señor, pero no pudo velar ni siquiera una
hora contigo la noche antes de la crucifixión, ¡e incluso te negó! Lo mismo me
pasa. Soy débil. Fácilmente te niego y me aparto de tu gracia. "El espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil", nos dijiste. (Mateo
26:41). Dame el poder del Espíritu Santo para no dejarme vencer, guárdame de
sucumbir ante las trampas del mundo. Concédeme, en este amanecer, la sabiduría
para discernir y hacer sólo lo que agrade a Dios. En tus manos me entrego. Dame
tu luz para iluminar el camino. Amén.

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