Me duele Nicaragua
que estremece el paisaje del alma.
Su pueblo
es lamento de pájaro
obligado al
encierro.
Su canto lo devoró la ojiva del dictador.
Su cielo es esplendor de sangre
que rueda sobre el dolor materno.
En sus calles hay un zumbido
de mudas sirenas.
de mudas sirenas.
El pan se cuece en el horno de lágrimas
que el dictador aviva
con el huracán de sus deseos.
La estirpe de Anastasio
es de nuevo el verdugo
de la sangre que clama
un relámpago de preces
que iluminen el presidio.
que iluminen el presidio.
Antes que la sombra de azucenas
haga sonar las campanas
unamos las voces
para suplicar a Dios misericordia
en presencia del verdugo
en presencia del verdugo
y que no tengamos que contar
la historia de un pueblo que agonizaba
ante la mirada inclemente del sol.
Efraín Gutiérrez Zambrano
Es una triste situación por la que esta pasando Nicaragua que no debemos dejar desamparado porque como aquel territorio somos personas sensibles que no debemos dejar desamparado a nadie porque nadie sabe lo que le pueda pasar el día de mañana ya que esta vida es un crudo juego que cambia a diario por lo cual debemos ayudar a las personas que lo necesitan ya que no sabemos cuando nos toque a nosotros
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