Las llaves - Reflexiones para un buen día.
72
LAS
LLAVES
Mi
vecino tiene un bello nombre. No creo que exista otro sobre la tierra que se
llame así. Y si acaso ocurre, me anticipo a pensar que no es idéntico a mi
vecino. Además, hace honor a él con su forma de ser. Él es especial. Unos dicen
que es chiflado. Otros, más comprensivos, afirman que es un solitario. Por mi
parte yo pienso que es tan humano como yo.
Imagínese,
amigo lector, que es tan desmemoriado como yo, pues olvidé mencionarle el
nombre de mi buen vecino. Se llama Cándido, pero en el barrio donde vivo, lo
conocemos como El Abuelo. Vive en una casa abandonada, justo frente a la mía.
Desde la ventana me saluda con una sonrisa y un movimiento de manos. He podido
observar que en su cuarto no hay más que un colchón y una manta de algodón. Un
día me invitó a seguir a su cocina y no vi más que una olla de barro mediana,
una olleta de aluminio ennegrecido, dos pequeñas totumas y cucharas de palo.
Me ofreció café, por cierto, bien preparado.
Esta
mañana, al amanecer, lo vi fuera de la casa buscando algo entre la maleza del
antejardín. Lo observé largo rato hasta que decidí ayudarlo.
—Buenos
días, vecino. ¿Qué busca tanto? —le pregunté.
—He
perdido mis llaves y temo que algún ladrón las halle. Cuando el hombre se
siente inseguro se llena de ansiedad.
—¿Dónde
las tenía anoche, antes de acostarse?
—Pues
donde siempre las cargo. En el cinturón las cuelgo. —Me responde con un marcado
acento de indignación.
—Muy
bien, ¿y dónde está el cinturón? —Se mira la cintura y como si intentara
sonreír, responde:
—Adentro,
sobre la cama donde duermo. ¡Pero cómo soy de tonto! Buscar las llaves fuera
de la casa no se le ocurre a nadie sino a mí. Pero usted no se preocupe ni se
lo vaya a decir a la gente. Yo soy como todos los seres humanos. Siempre
pensamos que la solución la tiene otra persona y nos llenamos de
angustia cuando después de contar a todos nuestra pena, nadie nos dice nada.
Buscamos las llaves afuera, pero sabemos que no las vamos a encontrar si no las
buscamos adentro.
Y ahora camine que el agua que dejé en la olleta ya
debe estar hirviendo y un tinto nos cae muy bien a esta hora.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario