Oración del día
9
de junio de 2024
Señor y Dios nuestro:
Gracias por este amanecer que me das para contemplar tu obra y tus bendiciones sobre mi familia.
Tú
sabes que muchas veces cuando oro tengo que luchar contra mis inclinaciones
naturales. Hay ocasiones en que el desconsuelo es mayor que la necesidad de
hablar contigo. A veces, la fe está tan débil que hasta pienso que es inútil
que implore tu protección y que de nada sirve rezar. Pero aún en tales
circunstancias te pido que me regales la inspiración de tu Espíritu Santo para
que pueda comprender las enseñanzas de tu Hijo, que también se sintió
abandonado, como aquella tarde en que su cuerpo colgaba del madero de la cruz.
Enséñame a soportar ese vacío y aumenta la necesidad de ti y no dejes que la
amargura de mi alma se imponga. No dejes que mi ser se doblegue por la apatía
que emerge de las circunstancias adversas, incluso la muerte de familiares y
amigos. Con la muerte esparcida por el mundo no se halla un lugar seguro para
implorar tu misericordia, ni siquiera tu templo, y en tales condiciones,
pienso, es mejor quedarme indiferente, pero tú me pides que siga caminando sin
desfallecer. Por eso te pido que allanes mi camino, que me concedas los dones
de la paciencia y la fortaleza para no caer en los parajes de la desesperación.
Que no escoja la indiferencia ante el dolor ajeno cuando tú me pides que deje
fluir en mi ser el sentimiento del amor. Que, en este día, bendiga la vida y salga
lleno de entusiasmo a saludar el día. Que mi tristeza, Señor, se convierta en
alegría y la pueda irradiar como si fuera un sol. Y que mi oración llegue a ti
como alabanza, como incienso que arde en el calor de mi corazón. Que en tu
misericordia me protejas como al polluelo que siente la seguridad del nido. Que
tú, Padre Celestial, bendigas este día y a este pecador que implora tu perdón.
Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario