Oración del día
14 de junio de 2025
Padre celestial:
Agradezco tu generosidad al llamarme a la vida. Te alabo porque eres mi refugio y esperanza. En tu Palabra medito.
Recuerdo en
este amanecer que Jesús caminaba a orillas del lago de Genesaret cuando vio a
dos pescadores, Pedro y Andrés, que preparaban sus redes para iniciar su
trabajo. “Venid en pos de mí, les dijo, y os haré pescadores de hombres”. Los
humildes pescadores lo dejaron todo y lo siguieron, nos dice el Evangelio. ¡Qué
poder el de Jesús para atraer con la fuerza de su palabra! Ellos debían primero
aprender el amor de Dios y así prepararse para iniciar la misión a la cual
fueron llamados. Lo siguieron para aprender de la manera de ser y hablar de
Jesús.
No todos
estamos dispuestos a dejarlo todo para seguir a tu Hijo, Padre amado. No todos
vemos «el resplandor de su gloria»
en sus palabras. (Hebreos 1,3). No todos estamos dispuestos a obrar de manera
que nuestras acciones sean la incesante «alabanza de gloria» (Efesios 1,6).

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