¿Podría darme una respuesta?
Aún conservo la fotografía de aquellos tiempos. Observo con
atención y me doy cuenta que tuve duros momentos que atravesar. En aquellos
días las dificultades parecían montañas insalvables y familiares y amigos
revolvieron mis sentimientos de tal forma que amor y odio crecieron juntos como
gemelos. Pero tiempo y olvido, grandes aliados, me devolvieron la sonrisa y me
impulsaron a seguir adelante.
En la siguiente fotografía están mis padres. Era el
inolvidable día de la boda. Ella tiene una mantilla blanca, pero nadie imaginó
ese día que con los años sus cabellos tomaran el color de la mantilla. En la
piel de ambos se aprecia la frescura de la vida y en sus ojos, la esperanza
ilumina el camino que seguirían juntos. Hoy me entristece saber que están en
este mundo. Sólo viven en mis recuerdos.
El álbum muestra las personas que encontré, las que se
sentaron a la mesa a compartir una cena,
las que estuvieron en el despertar del amor, las que fueron solidarias
en el dolor y la lucha, las que salieron en la televisión y las noticias de los
periódicos y las que causaron mis mayores alegrías.
Pero hoy que reviso en este amanecer estas fotografías llegó
a la conclusión que todo pasa, que lo único constante es el caminar sobre el
instante y me pregunto: ¿de que sirvió la discusión que rompió los corazones y
anegaron los ojos? Todo es pasajero.
Esta verdad me ha permitido vivir con valentía el presente y mirar sin temor el
futuro que se avecina. Ahora comprendo que al final de mi vida sólo a Dios veré
porque es el único eterno y misericordioso.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario