Oración del día
10 de junio de 2023
Padre Celestial:
Gracias por este bello amanecer que me otorgas. Hoy llegó a ti doblegado por la amargura que causa la traición. Tú la viviste y sabes comprenderme. Cuando aquel que come en tu mesa te traiciona sientes que el rencor agita tu ser con la fuerza de un tornado. Es difícil aceptar el precepto, que tu Hijo nos legó, de amar a quien nos causa daño. Volver a estrechar su mano y abrazarlo es un reto difícil y perdonarlo es aún más arduo. Sobre todo, cuando se recibe el mal como respuesta por el bien que se ha ofrecido. Cuando no se ha dado motivo la traición abre una herida más grande. Y cuando el ofendido tiene la razón es tarea loable acercarse al otro con humildad y suplicarle su perdón, su olvido. Es que en nuestra naturaleza prima la venganza. No el perdón y poco sabemos sobre el valor del olvido.
El malvado no entiende de perdón. Sólo
busca ofender y para eso recurre a la violencia del lenguaje y a la calumnia.
Con su lengua incendia el trigal y la casa. Con su lengua arrebata la serenidad
del espíritu y siembra cizaña entre los hermanos para que se odien.
Señor, en este nuevo día imploro tu perdón
para todos mis enemigos. En el altar de tu sacrificio pongo sus corazones para
que los sanes y les hagas mirar hacia tu rostro dispuesto siempre a ofrecer
misericordia.
Señor, te ruego que no dejes que las
raíces del odio se apoderen de mi corazón. Que al mal que me hagan pueda
responder ofreciendo la máxima expresión del amor que es el perdón.
Señor, que tu Santo Espíritu me enseñe a
ser coherente y cuando te diga que me perdones, primero haya perdonado a quien
me haya ofendido. Dame en este día, Dios uno y trino, la serenidad de tu paz
que sólo puede brotar del perdón y el olvido. Te lo suplico en nombre de Jesús,
tu hijo amado. Amén.
Hoy
le invito a leer un libro para crecer espiritualmente: Secretos de los
triunfadores de Efraín Gutiérrez Zambrano.
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