Oración del día
10
de julio de 2024
En
este nuevo amanecer te quiero agradecer mi existencia. Deseo meditar en el
admirable ejemplo que nos dejó Job. Un hombre que llegó a la pobreza absoluta.
Perdió su familia, su ganado y su casa. Además, una úlcera lo hacía sufrir el
dolor desde el amanecer y en la noche no lo dejaba dormir. Su mujer lo
aconsejó: “Maldice a Dios, y muérete”. (Job 2: 9). Sus amigos se convirtieron
en acusadores y de ellos no recibió una palabra de consuelo. Pero ante tanta
adversidad su actitud fue la fe que lo llevó a expresar: “Yo sé que mi redentor
vive… y mis ojos lo verán”. (Job 19: 25,27) Su fe brilla en estos tiempos de
calamidad y nos puede iluminar. Él lo había perdido todo, pero tenía, gracias a
la fe, la mayor riqueza que un ser humano pueda tener: su confianza plena en ti
mi Dios.
Concédeme
tu Espíritu Santo para que pueda comprender tu palabra. Creo en nuestro
Redentor, tu Hijo. Él nos prometió que vendría a buscarnos y a llevarnos hacia
tus jardines eternos. Sabemos que nuestro Redentor, que entregó su vida en la
cruz por salvarnos de la muerte eterna, vive. En su nombre imploro tu
misericordia, Padre eterno, aumenta mi fe y bendice esta jornada que comienzo.
Amén.
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