Oración del día
31 de
diciembre de 2024
En el susurro del amanecer, encontramos en ti, Padre celestial, un refugio bajo la lluvia de adversidades. Cada rayo de sol que acaricia la tierra es un recordatorio de las bendiciones que envías a tus hijos. Con gratitud en el corazón, celebramos la alegría y conciencia de estar vivos; cada día es una oportunidad para abrazar nuestra existencia y reconocer que eres bueno y participas, si lo queremos, en nuestras vidas. Sentimos el gozo de vivir en pequeños detalles: el canto de los pájaros, el aroma del café, el abrazo de quienes amamos. Por eso hoy más que pedirte, Padre Celestial, te agradecemos por estos momentos y los que nos brindaste durante todo el año, pues en ellos reside la esencia de nuestro ser y cada día, pero en especial hoy, es la finalización de un proceso de crecimiento y la promesa de nuevas oportunidades.
Digamos como el salmista, en estas
horas últimas del año:
“Te damos gracias, oh Dios, te damos
gracias, pues cercano está tu nombre; los hombres declaran tus
maravillas” (Salmos 75:1).
“Te
alabaré entre los pueblos, Señor; te cantaré alabanzas entre las naciones.
Porque grande, hasta los cielos, es tu misericordia, y hasta el firmamento tu
verdad” (Salmos 57:9-10).
Señor,
bendice nuestra casa y cólmala de bendiciones en el nuevo año. Te lo pedimos en
el nombre de tu Hijo amado, Jesús, Amén.
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