AMIGOS DE LA LECTURA - Efraín Gutiérrez Zambrano

  8 de diciembre de 2024   Señor Jesús:   Hoy, bajo este nuevo amanecer, te suplicamos que no olvides a los pecadores que confiamos en tu misericordia. Te aceptamos y proclamamos como nuestro salvador. Gracias por haber entregado tu vida en la cruz para que tuviéramos derecho a ser llamados hijos de Dios y a gozar de la heredad eterna. Te imploramos que te acuerdes de todos aquellos que han compartido tu muerte y hoy esperan tu misericordia para que los resucites y los lleves a vivir en las moradas del cielo. Hoy recordamos a nuestra madre celestial. Madre de Jesús y madre nuestra: Gracias por haber acogido en tu seno purísimo a quien es el autor de la Vida y la Palabra de Dios.  Gracias por haber mantenido tu "Hágase su voluntad" a través de todos los acontecimientos de tu vida.  Gracias por tus ejemplos dignos de ser acogidos y vividos. Gracias por tu sencillez, por tu docilidad, por esa magnífica sobriedad, por tu capacidad de escucha, por tu reve...

  7 de diciembre de 2024   Alabemos y bendigamos al Señor que creó la luz y el agua, al Dios que hizo cuanto contemplan nuestros ojos, al Padre de quien recibimos misericordia, al Hijo que hizo de la cruz el símbolo del verdadero Amor, al Espíritu Santo que incendia los corazones con su gracia. Alabemos y bendigamos al Señor que escucha nuestras oraciones, al Dios de nuestros padres. Oremos a Él, en esta hora del amanecer, oremos al medio día, oremos antes de tomar la cama, oremos a la media noche en que la creación descansa, en que las estrellas brillan en el silencio, los árboles cantan acompasados por el murmullo de los ríos y los vientos, el mar detiene su mirada en la inmensidad de su autor, en ese instante en que Dios bendice la obra de sus manos y todos los coros de los ángeles que sirven a Dios lo alaban. Por esto, los que aman al Señor se apresuran a orar y a dar testimonio, pues, el Señor Jesús dijo: “A medianoche se oyó un grito: -Ya está ahí el esposo, sali...

  6 de diciembre de 2024 Pongamos hoy nuestros ojos en el Padre, creador del universo. Agradezcamos a Él esta oportunidad de un nuevo amanecer; acojamos en nuestros corazones los dones de la paz que son incomparables porque es la paz de Dios; acerquémonos confiados a la Cruz donde nacen los manantiales del perdón; supliquemos a Dios que nos llene con su Santo Espíritu. Contemplemos en la mente, con los ojos del alma, las maravillas de la voluntad de nuestro Dios; unamos nuestra oración a la creación que lo alaba en cada amanecer; pidamos que derrame sobre nuestras familias sus bendiciones y que nos prodigue la abundancia de su misericordia. “Tu sol no se ocultará jamás ni tu luna perderá su luz, porque yo, el Señor, seré tu luz eterna; tus días de luto se acabarán”. (Isaías 60:20) Sobre su altar depositemos nuestras angustias y necesidades y con suma paciencia esperemos a que Él provea de acuerdo con su voluntad y su generosidad. Señor, en este nuevo día, en ti descansa n...

5 de diciembre de 2024 Padre celestial: Gracias por este amanecer que me otorgas. Te pido que me guíes y bendigas cuanto haga. Recuerdo que el sacerdote Elí estaba en tu templo dispuesto a servirte. Allí se hallaba, también, una mujer que oraba en voz baja. El sacerdote percibía que ella movía los labios, pero no escuchaba sus palabras. Ella sufría porque no tenía hijos y algunos se burlaban de ella por no poderlos concebir. Ana, profundamente herida y triste, estaba en la casa de Dios suplicando un milagro. Estaba convencida de que Dios escucharía su plegaria. Un año después la mujer concibió a Samuel, el gran profeta. (1 Samuel 1). Esta historia me dice que puedo contarte mis problemas y tú los escucharás, y si es tu voluntad, me responderás. Oh, Dios, oye mi oración. escucha las palabras de mi boca. Hoy te quiero agradecer todas tus bendiciones. Si es tu voluntad, realiza el milagro que tanto te he pedido. “ Ahora bien, los apóstoles dijeron al Señor:  “Danos más fe”. E...

  4 de diciembre de 2024 Señor Jesús:   Desde la mañana buscamos el verdadero reposo. Nuestra vida en este mundo es incierta y agitada: trastornos y dificultades acompañan nuestros días. “Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo”. (Lamentaciones de Jeremías 5:5) Frecuentemente nos salpican acontecimientos que traen cansancio, fastidio, y suspiramos por un verdadero reposo, sin violencia, sin envidias, una estabilidad que no hallamos. Uno de tus profetas escribió: "No es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente" (Miqueas 2: 1 0). Gran verdad expresó. Este deseo de reposo, este profundo anhelo, sólo puede ser satisfecho por ti, Señor Jesús. Antiguamente Dios intervino a favor de su pueblo que estaba cautivo en Egipto. Declaró: "Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto... y he descendido para librarlos..." (Éxodo 3:7-8). Aún hoy intervienes a favor de aquellos que están cansados del camino de la vida y que te bu...

  3 de diciembre de 2024   Señor Jesús:   Te alabamos y bendecimos en este nuevo día. Tus maravillas nos llenan de gozo y nos invitan a decirte gracias por todo lo que nos das. Por tu gracia y sacrificio podemos confesar que somos hijos de Dios. Lo somos por tu amor, no por nuestros méritos. Escucha, Señor, la confesión humilde de nuestra condición de esclavos de la muerte. Ten compasión de nosotros los que todos los días nos equivocamos y añorando el bien, hacemos el mal. Nuestra naturaleza proclive al mal nos domina. Señor Jesús, danos la fortaleza de tu Santo Espíritu para que podamos batallar contra nuestros egoísmos y vicios. Concédenos Sabiduría para que podamos discernir entre la voluntad del Padre celestial y nuestros caprichos. Asístenos en esta lucha diaria para que en cada paso avizoremos el cielo prometido a tus hijos. Que podamos cumplir tu mandamiento: “Sed santos, dice, porque yo, vuestro Señor, soy santo”. (Levítico 11,45) Pero que entendamos que...

  2 de diciembre de 2024   Señor Jesús:   Muchas veces, Padre celestial, siento que mis fuerzas me abandonan. Veo a la soledad que llena de tristeza mi alma. Otras veces, la enfermedad, hermana de la muerte, me visita con la intención de hospedarse en mi cuerpo. Entonces, yo afligido te invoco, para no desesperarme, para recobrar la salud. Pero confieso que hay momentos en que dudo de tu presencia, en que no te veo con toda claridad. Me sumo en el abandono y el dolor y no sé qué hacer. Mas hay momentos en que desaparece la duda y te llamo con la seguridad que tiene la montaña en el sol que la ilumina. Padre celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo que es posible renacer a una vida nueva después de haber pasado ya muchas décadas. (Juan 3,4) Si tu hijo lo enseña es verdad tu palabra. Lo acepto para que el peso de una larga vida de faltas y sufrimientos se esfume como el rocío ante la presencia del sol. Ahora sé que ningún corazón es capaz de comprender lo qu...