AMIGOS DE LA LECTURA - Efraín Gutiérrez Zambrano

  1 de enero de 2025 Señor: Gracias por este primer día del año. Es un lienzo en blanco, un regalo envuelto en posibilidades e incertidumbres. Al abrir los ojos, la luz del amanecer que entra a través de la ventana ilumina mi ser. Respiro profundo. Pienso en ti. Siento la energía del año que comienza a descender e inunda mi corazón. En este momento de silencio, la gratitud por el don de la vida se convierte en la razón de este nuevo año. Gracias, Dios, por este nuevo amanecer y los días que pronto llegarán como gotas que descienden del cielo. Hoy, mientras el sol asoma en el horizonte, mis sueños y anhelos brillan con una claridad renovada. Proyectos que guardé en lo más profundo de mi ser surgen como las flores en primavera, cada uno brota suavemente y espera florecer. Sé que con cada paso que doy, construyo el camino hacia lo que deseo alcanzar y que tengo la confianza de tu bendición porque Tú caminas a mi lado. La promesa de un nuevo año me recuerda que cada día es una ...

  31 de diciembre de 2024 En el susurro del amanecer, encontramos en ti, Padre celestial, un refugio bajo la lluvia de adversidades. Cada rayo de sol que acaricia la tierra es un recordatorio de las bendiciones que envías a tus hijos. Con gratitud en el corazón, celebramos la alegría y conciencia de estar vivos; cada día es una oportunidad para abrazar nuestra existencia y reconocer que eres bueno y participas, si lo queremos, en nuestras vidas. Sentimos el gozo de vivir en pequeños detalles: el canto de los pájaros, el aroma del café, el abrazo de quienes amamos. Por eso hoy más que pedirte, Padre Celestial, te agradecemos por estos momentos y los que nos brindaste durante todo el año, pues en ellos reside la esencia de nuestro ser y cada día, pero en especial hoy, es la finalización de un proceso de crecimiento y la promesa de nuevas oportunidades. Digamos como el salmista, en estas horas últimas del año:   “Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, pues cercano est...

  30 de diciembre de 2024 Tú, mi Señor y mi Dios, tienes planes para mi vida. Sé que estoy pasando por una prueba de fe, por eso necesito que me des esperanza y mucha fortaleza. Antes de terminar el año, te quiero agradecer el encuentro con las personas que pusiste en mi camino. Tú conoces sus intenciones y mi corazón te suplica que las bendigas sin importar si me hicieron mal. Para mis benefactores te pido especial protección y prosperidad.   Gracias por todo cuanto en este año me brindaste. En el nuevo año quiero obrar conforme a tu voluntad, Padre celestial. Tú eres mi soberano y acepto lo que quieras hacer de mí. Por eso mi oración, en este nuevo amanecer, es por los amigos y los enemigos. Bendícelos y perdona sus equivocaciones. Acuérdate de mí y de los que amo y me aman. Bendice mi vida y mi casa. Llena mi corazón con tu gracia y no te apartes de mí.   Te lo pido en el nombre de tu Hijo amado, Jesús. Amén.

  29 de diciembre de 2024 Señor Jesús: Gracias por este amanecer que me regalas para que respire y ponga en tus manos mis proyectos y realizaciones. Perdona que a veces me preocupo por situaciones negativas que no han llegado y olvido tus palabras: “ No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástele a cada día su afán”. (Mateo 6:34). No permitas que me desplome bajo el peso del suplicio que son las preocupaciones del futuro. Enséñame a confiar en el Padre que todo lo provee. A veces, también, me doblego por el recuerdo de lo que fue el ayer, sin darme cuenta de que el pasado no existe y si vuelve es porque yo lo animo. Hay días en que pierdo la esperanza porque no se realizan a tiempo mis anhelos y me alejo de ti para seguir promesas de humanos. Sobre todo, te abandono cuando sonríe la prosperidad y en la mesa hay manjares. La ingratitud reemplaza mi fe. Señor Jesús, concédeme tu perdón y dame la sabiduría de tu Santo ...

28 de diciembre de 2024 Padre Celestial: Gracias te doy por esta maravillosa mañana serena que me otorgas para alabarte y meditar. Esta fecha trae a la memoria la inocencia de la infancia y la maldad humana. Por amor a este mundo material, por quererlo poseer, por ser el más rico y poderoso y porque según esta concepción el fin justifica los medios, murieron muchos niños. Al darse cuenta Herodes de que aquellos sabios lo habían engañado, se llenó de ira y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que le habían dicho los sabios.    Así se cumplió lo escrito por el profeta Jeremías:   «Se oyó una voz en Ramá, llantos y grandes lamentos. Era Raquel, que lloraba por sus hijos y no quería ser consolada porque ya estaban muertos.» (Mateo 2:16-18)   Perdón, Señor, porque las circunstancias aún siguen siendo similares. Hay mucho niño en la calle; otros, en su propio hogar, carecen ...

  27 de diciembre de 2024  Padre celestial: En este nuevo día te alabo y bendigo. Perdona nuestra omisiones y palabras ociosas. Sabemos que oyes y escuchas. Ninguna palabra pronunciada por los seres humanos escapa a tu soberanía. Mentiras, blasfemias, injurias, difamaciones, vulgaridades... Todas estas cosas son consideradas por Ti, Señor y Dios nuestro, como ultrajes que comete su criatura. Leemos en el Evangelio que "de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio" (Mateo 12:36). Así que hagamos de nuestras palabras bendiciones y buenos deseos para los demás. Y que todos podamos decir como el salmista: "Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios" (Salmo 103:2). Dichosos aquellos cuyos pecados fueron borrados por la sangre de Jesús, los que depositaron su confianza en el Salvador! No tendrán que ser juzgados, pero eso no significa que Dios no escuche lo que dicen. Que ninguna palabra inoficiosa...

  26 de diciembre de 2024  A mado Dios: Hoy como todos los días, antes de ver la luz del sol, me encuentro frente a Ti para alabarte y darte gracias por las maravillas que haces en mi vida y para poner en tus manos cuanto haga y desee. “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. (Gálatas 6,9) Es hora de acercarnos al Señor. En los corazones rebosa la alegría y en las manos hay generosidad.   El hará florecer el desierto. Si abrimos nuestros corazones entrará y morará en ellos. Ese es el motivo de su visita: Vivir en medio de los hombres. Gracias Señor por la hermosa familia que nos diste. Tenemos comida en la mesa y un cálido techo bajo el cual podemos descansar al terminar el día. Te doy gracias por cada día que he vivido y porque pude sentir que en todos los instantes Tú estabas conmigo acompañándome, susurrándome palabras de sabiduría y guiando mis pasos por el camino más seguro y conveniente. “Y aprendan tambi...