Oración del día
16 de marzo de 2023
Señor:
Te reconozco como Padre y deseo alabarte y darte gracias.
Siento amor por mis hijos y pienso que se parece al amor de Dios por su
pueblo. Somos su familia. Pero luego recordé tantas noticias sobre los abusos de los
padres, incluso algunos que llegan a la muerte violenta de sus hijos. También
vino a mi memoria que, yo mismo, he cometido errores con mis hijos. Muchas
veces escogemos lo que más conviene a nuestros intereses y de manera egoísta
nos olvidamos de darles amor verdadero. Creemos que darles dinero y
cosas es suficiente y que ellos serán felices.
Pero Dios nunca falla. Él siempre quiere lo mejor para nosotros. No dudó en darnos
incluso a su propio hijo para morir en nuestro lugar en la cruz, para que
podamos tener vida eterna. Y para que fuéramos llamados Hijos de
Dios. Somos hijos del mismo Dios. El llena de bendiciones a quienes lo
reconocen como Padre y acatan su voluntad.
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. (1
Juan 3: 1)
El amor de Dios no tiene comparación. Pensemos en las circunstancias
que rodean nuestra vida y digamos con fe:
Señor, te agradezco tu inmenso amor. Tu amor no puede compararse con
nada terrenal. El amor perfecto sólo existe en ti y quiero que no olvides que
soy tu hijo y necesito de tus bendiciones. Protégeme de todo mal y llévame por
el camino recto. Amén
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