Oración del día
21 de marzo de 2023
Señor Jesús:
Te alabo y te doy gracias por aceptar tu misión de salvarnos. Hoy medito
sobre ese pasaje que nos llena de consuelo al saber que vendrán nuevas noticias
de paz y nos darás nueva vida.
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres
nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica
salvación! (Isaías 52:7)
El profeta
promete a Israel la redención del cautiverio y el regreso del destierro, y
asegura al pueblo escogido de Dios que serán restaurados a la tierra de sus
padres. Cesará el abandono y el desarraigo, consecuencia del pecado, y volverá
la adoración de Dios en el monte Sion.
El Evangelio
nos trae la noticia de la victoria sobre el pecado, anuncia la reconciliación
con nuestro Dios y Padre. Pero el pecado todavía permanece en el mundo, a pesar
de las victorias de Jesús, así como los cananeos que permanecieron en los
límites de la tierra prometida, a pesar de las victorias de Josué.
Esos cananeos
están allí para probar a los hijos de Israel y enseñarles la guerra (Jueces
3:1). Por una razón similar el pecado todavía queda en la tierra y somos
puestos a prueba para demostrar obediencia a Dios. Pero ya no somos débiles.
Cristo es nuestra armadura en la prueba. Nos ha enviado su Espíritu para
fortalecernos mientras estamos de pie y nos ha dado su cruz para que nos
sujetemos a ella para no caer. Con Cristo, la muerte no es final oscuro y
lúgubre, sino la puerta que se abre a una vida gloriosa y en paz. Ya no estamos
enemistados con Dios. Ahora somos sus hijos y debemos portarnos como los
príncipes y princesas que somos. Obremos de acuerdo con la voluntad de
Dios. En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y
envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. (1 Juan 4:10). Señor, ven
y ayúdanos a luchar contra nuestros egoísmos y vicios. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario