Oración del día
23 de
febrero de 2025
Padre Celestial:
Gracias
por esta oportunidad de reconocerte como Dios y nuestro Padre. Una pregunta
exige una respuesta. Danos sabiduría para aceptar tu palabra. Una pregunta que
hoy debemos responder es esta: ¿Quién es justo? (Leer Lucas 5:27-35)
En el
Evangelio hallamos a Mateo, un publicano, recaudador de impuestos para los
romanos, por esta labor era despreciado por sus conciudadanos. Un día escuchó
la voz de Jesús: "Sígueme", y al momento dejó todo y siguió al Señor.
Incluso le recibió con un gran banquete en su casa; gastó su dinero en los
demás sin esperar que le retornaran esa atención. Sentado a su mesa, Jesús
compartió con personas del pueblo. Entonces los fariseos, esos hombres
religiosos, pero a menudo hipócritas, criticaron a Jesús, porque comía con
publicanos y pecadores. No comprendían que esas personas no habían venido en
función de sus méritos, sino porque tenían necesidades espirituales y querían
escuchar a Jesús.
Jesús
vino precisamente por esas personas. "No he venido a llamar a justos, sino
a pecadores al arrepentimiento" (Lucas 5:32). A los fariseos, Jesús dirige
sus palabras: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. (Lucas 5:31-32). Jesús llamó a Mateo, y éste, reconoció su condición
de pecador. Respondió al llamado y se arrepintió. Se hizo justo mediante la fe
en Cristo, quien iba a morir por él. Los fariseos se creían justos porque
observaban estrictamente ritos y tradiciones, pero sólo eran justos a sus
propios ojos, y no a los de Dios. Todavía hoy Dios llama a todos los hombres
para que se arrepientan, pues para él "no hay justo, ni aun uno"
(Romanos 3:10). Para Dios todos estamos enfermos a causa del pecado y
necesitamos a Jesús, el divino médico. El primer paso que debemos dar es
aceptar que somos pecadores y reconocer el poder del perdón que Dios nos ofrece
a través de su Hijo. Respondamos, en este nuevo día, el llamado que Jesús nos
hace y abramos nuestro corazón para que se hospede en él. Digamos en forma muy
personal: Señor, ven a mi corazón y perdona todos mis pecados. Si Tú quieres,
puedes sanarme. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario