Oración del día
27 de
febrero de 2025
Padre Celestial:
Te alabo y bendigo porque eres mi Dios y Señor y confío en tu misericordia.
Hay montañas que al
subirlas nos permiten admirar el paisaje con sus valles, llanuras y poblados.
Mientras recuerdo maravillado la belleza de esos lugares pienso en el siguiente
versículo: “Los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder
a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. (2 Crónicas 16:9)
Desde las primeras páginas de la Biblia observamos que Dios mira su obra y está
atento a cuanto sucede. "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que
era bueno en gran manera" (Génesis 1:31). Dios se vale de la historia
humana para dar cumplimiento a su propósito. Aunque muy pronto el pecado del
hombre corrompió la asombrosa armonía del universo y la biodiversidad del
planeta: "Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida"
(Génesis 6:12). Sin embargo, "el Señor miró desde los cielos a la tierra,
para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a
muerte." (Salmo 102:19-20). Envió al Señor Jesús, su Hijo, para salvar a
los pecadores. Aún hoy, todos los que miran con fe a Jesús, quien expió sus
pecados, son salvos y llamados "justos". Son "justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús"
(Romanos 3:24). ¡Qué gozo para ellos saber que "los ojos del Señor están
sobre los justos"! (1 Pedro 3:12). El Señor Jesús los cuida. Él mismo dijo
a Dios: "Me llenarás de gozo con tu presencia". (Hechos 2:28). He
aquí el ojo del Señor sobre los que le temen, sobre los que esperan en su
misericordia. (Salmo 33:18). En estos momentos de gran tribulación no desesperemos
y pongamos toda nuestra esperanza en aquel que murió por nosotros. Amén.
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