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Oración del día

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  8 de octubre de 2024 Señor y Dios nuestro:   Padre de nuestro Salvador, Jesucristo, las obras de tus manos llenan mis ojos de belleza. Todo lo hiciste perfecto y maravilloso. Este mundo que creaste me llena de admiración. Para coronar tu obra creaste al ser humano para que lo disfrutara y alabara tu nombre. El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! (Lamentaciones 3:22-23) En cada amanecer renuevas mi vida y me invitas a salir al encuentro del prójimo para servir y construir tu Reino de Amor. Gracias por haber hecho de la cruz el árbol de la vida eterna. “Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre”. (Salmo 55:22) Gracias por haber hecho del dolor el bálsamo de purificación. Ayúdame a aceptarlo de buena voluntad como tu Hijo lo aceptó en Getsemaní. Gracias por este nuevo día y por la bendición para mi fa...

Oración del día

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  7 de octubre de 2024 Padre Celestial: Gracias Dios nuestro por este gran milagro que es iniciar un nuevo día con la seguridad de tu amor. Cuando me siento abatido y no hallo salida para solucionar mi problema recurro a Ti, mi Dios y digo: “Yo empero al Señor esperaré, esperaré al Dios de mi salud; el Dios mío me oirá”.   (Miqueas 7:7) Aunque siento dolores que me estremecen el alma y que los demás no pueden ver, sino Tú, mi Dios, invoco tu misericordia para que me libre de tales sufrimientos. Me lleno de esperanza y levanto la vista para buscar el horizonte hacia donde debo dirigir mis pasos. Pero no soy un individuo solitario, sino que camino hacia ti con mis hermanos. Por eso te digo: todos pecamos; y por el pecado, el sufrimiento y la muerte entraron en el mundo. “Comamos y bebamos, porque mañana moriremos”. (1Corintios 15:32). Por eso, Tú Padre, nos diste un Salvador, tu Hijo. Sabemos y afirmamos que perdonas a quien se refugia en el corazón de tu Hijo. ...

Oración del día

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  6 de octubre de 2024 Señor y Padre nuestro:   Inicio este día acercándome a tu altar para orar y meditar. Hoy viene a mi mente la frase del poeta latino, Virgilio quien escribió en las Geórgicas: “Feliz el que ha llegado a conocer las causas de las cosas”. Y Salomón en su sabiduría exclamó: “¿Quién como el que sabe la declaración de las cosas?”. (Eclesiastés 8:1). Para el ser humano los misterios en la exploración del universo son un océano de incertidumbres y unos pocos aciertos. La nanotecnología que tanto ha avanzado aún no responde las preguntas fundamentales que todas las generaciones de filósofos han planteado: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Qué debo esperar, además de la muerte? ¿Es el universo el producto del azar o la obra maravillosa de Dios?        Por otra parte, siento el corazón inquieto y nada del mundo visible lo consuela. Entonces recurro a la fe. Por ella tengo la certeza de tu presencia en mi camino, te busco en la oración día y no...
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  5 de octubre 2024 Señor de cielo y tierra: En este nuevo amanecer te alabo y bendigo, pero te confieso que, a veces, siento en mi angustia el peso de tu silencio. Pero leo tu Palabra y me vuelve el ánimo. “Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar, no vacilaré” (Sal 61,2-3). Te agradezco este nuevo día que me otorgas. Creo en tu Hijo, en su Evangelio. Como Zaqueo, el publicano, me esfuerzo en verlo. Me subo al árbol, sí, el árbol de la cruz. A ti, Señor, te invoco porque te necesito. Mi alma tiene sed de ti. Atiende la voz de mi súplica. Quiero escuchar la voz del Maestro: «Apresúrate, desciende, que quiero alojarme en tu casa.» En esta mañana abro las puertas de mi corazón para recibirle en mi casa. Quiero alojarlo en mi alma. «Es necesario que me aloje en tu casa.»   Jesucristo, desde la última cena así lo manifestó y quiere habitar en nuestra alma junto con el Padre y el Espíritu de Amor, para que...

Oración del día

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  4 de octubre de 2024   Gracias, oh, Padre,   por el milagro del amanecer, por el alimento que repara nuestras fuerzas, por el techo que nos protege y libra de la lluvia, por la familia que nos diste, por el consuelo que oportuno sana nuestros corazones abatidos. Gracias por el agua y las flores, gracias por las estrellas, el sol, la luna y las maravillas del universo. Gracias por este momento de luz en que nuestros labios te alaban mientras Tú llenas nuestros corazones con tu gracia. "Que mi oración sea puesta delante de ti como incienso, el alzamiento de mis manos como el sacrificio del atardecer". (Salmo 141:2). No hay ninguna oración que, realizada con honestidad, fe y confianza en la segura respuesta de Dios, sea olvidada por Él. Recordemos lo que el libro de Apocalipsis en su capítulo 8 dice: “Se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la ...

Oración del día

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  3 de octubre 2024 Señor Jesús: En este nuevo amanecer escucha mi queja y ven pronto a consolarme. Tú comprendes mi sufrimiento. Desde lo profundo de mi alma elevo mi súplica.   "Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname, pues, no puedo sostenerme. Aquí estoy sumamente perturbado, y Tú, Señor, ¿hasta cuándo?" (Salmo 6:3-4). Concédeme tu gracia para que pueda pasar estos días de abatimiento sin caer en la desesperación. Oye el clamor de mi voz y mírame con mucha compasión, pues, confío en ti. (Salmo 38:9). Mi oración y mi dolor son constantes, pero mi única esperanza eres Tú. No me niegues tu auxilio. “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mi pecado al Señor; y Tú perdonaste la maldad de mi pecado. Por esto orará a ti todo santo”. (Salmo 32:5-6). Señor Jesús, Tú eres la vida. Te suplico que me des salud. Señor Jesús, Tú eres la luz. Te suplico que me guíes. Señor Jesús, Tú eres el camino al Padre. Te suplico que me enseñes a cumplir su...

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  2 de octubre 2024 Señor Jesús:   Tener fe no es fácil en un mundo que todo lo somete al laboratorio o a los testimonios de los medios de comunicación.   Por eso en este nuevo día vengo ante ti como aquella mujer extranjera que te suplicó que curaras a su hija que se hallaba enferma. (Mateo 15:21-28) Eso ocurrió cuando andabas por la región de Tiro y Sidón y esta mujer te llamó "Hijo de David", el rey de Israel, aunque ella no pertenecía a ese pueblo. Tu respondiste con el silencio. Pero como la mujer insistía, tus discípulos quisieron despedirla. Entonces Tú les explicaste que sólo habías sido enviado a las ovejas perdidas de Israel. Ella le suplicó una vez más diciendo simplemente: "¡Señor, socórreme!" (v. 25). Con una aparente dureza, Tú la sometiste a prueba y le dijiste que no convenía dar a los extranjeros lo que estaba destinado a Israel. ¡Qué prueba! Ella no se desanimó, Con humildad aceptó su condición de extranjera: «Por supuesto que soy una extranjer...