Oración del día
8
de agosto de 2024
Gracias Dios por despertarnos y por darnos la oportunidad de ser testigos de tu amor y tu gran misericordia.
Vuelve tu mirada
bondadosa sobre nuestros hijos y nietos, protégelos como a tu Hijo amado.
Aléjalos de los vicios y drogas adictivas. Envía sobre sus padres a tu Espíritu Santo
para que sepan dirigir el hogar con amor y firmeza y enseñen la senda de la felicidad
plena que reside en ti. Que seamos buenos ejemplos para las nuevas generaciones
y danos la disciplina necesaria para convertir a nuestros hijos en verdaderos
hijos tuyos
Aparta de
nosotros la indiferencia que nos hace como piedras frente al dolor del prójimo
y ayúdanos a comprender que el amor es la única medicina para salvar al mundo
que, muy enfermo, se debate entre el egoísmo y la avaricia.
“Por esta razón me arrodillo delante
del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la
tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de
sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su
ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que,
arraigados y cimentados en amor, puedan comprender,
junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor
de Cristo. En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro
conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. (Efesios 3, 14-19)
Bendice, te
lo suplico nuevamente, a nuestros hijos, para que sean el honor y la esperanza
de sus familias y su país. Amén.
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