Oración del día
21 de noviembre de 2024
Señor Jesús:
Es una gran alegría alabarte y
bendecirte en este nuevo día. Para muchos de nosotros, la alegría está asociada
con los placeres de la vida, a disfrutar en familia y amigos, las relaciones
sociales y laborales, el fútbol, los viajes, los licores, las comidas... Otros
piensan que la alegría es la ausencia de sufrimientos y dificultades, cosa que
es imposible conseguir en esta vida incierta y, a veces, hostil.
Pero para quienes aceptamos tu
palabra, nuestra alegría tiene como base la fe. El fundamento del gozo del
seguidor de Cristo no se deja alterar por las circunstancias, pues descansa en
Dios (Filipenses 1:25). Las alegrías que el mundo ofrece no son duraderas; sólo
el gozo que da la fe en ti, Señor, permanece en nuestro corazón y guarda la
esperanza de la vida eterna. A pesar de las pruebas, las tristezas y las
preocupaciones que encontramos en nuestra vida diaria, tenemos el privilegio de
regocijarnos "con gozo inefable y glorioso" (1 Pedro 1:8). Te
aceptamos como el Hijo de Dios, y te guardamos en nuestro corazón, incluso sin
haberte visto. Tu amor, Señor Jesús, nos da alegría. Cuando la venida del Hijo
de Dios fue anunciada, el ángel dijo: "No temáis; porque he aquí os doy
nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor" (Lucas 2:10-11). El
deseo de Dios es que ese gran gozo sea comunicado a todos los hombres, para que
estemos llenos de él. Antes de despedirse de los suyos, el Señor prometió:
"Nadie os quitará vuestro gozo" (Juan 16:22). Estas cosas os he
hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. (Juan
15:11). Gracias, Señor Jesús por esta alegría que embarga nuestro corazón al
alabarte en este nuevo día. Amén.
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